miércoles, 26 de marzo de 2008

Miguel Torres Beteta / peregrino

Miguel Torres Beteta

Quince años dando a pie la vuelta
al mundo por una promesa

E. García / 21 Nov 2000
-Se llama Miguel Torres Beteta y es natural de Mancha Real, Jaén. Hace años este hombre sufrió un grave accidente y prometió que si volvía a caminar daría cinco veces a pie la vuelta al mundo y casi lo ha cumplido. Hace una semana Miguel Torres Beteta llegaba, con su mochila al hombro, de nuevo a nuestra ciudad, en la que ya había estado hace cuatro años. De aquí tras pasar el fin de semana, emprendió el tramo final de su recorrido: Santiago de Compostela, punto final de su viaje en el que según contaba ha empleado los últimos 15 años.
En esta peregrinación por Europa y Asia ha visto de todo. Dice haber conocido a gente famosa, haber sido robado 37 veces y estar al borde de la muerte en varias ocasiones.
Este aventurero, que nos recordaba al Forrest Gump de la película, se sor-prendía cuando conocíamos sus aventuras. Él no pretendía la fama que ha conseguido, sólo quería caminar, y en La Bañeza lo único que pidió fue un bocadillo.


L.B.H.:— ¿Cómo comenzó esta aventura de dar a pie cinco veces la vuelta al mundo? Miguel:– Fue una promesa que le hizo al Señor si volvía a andar tras un grave accidente, y llevo ya casi quince años cumpliéndola.
L.B.H.:– ¿De donde eres?
Miguel: –De Mancha Real, Jaén.
L.B.H.:– ¿Por donde empezaste este recorrido?
Miguel:– Fuí desde Mancha Real a Lourdes, Roma, Grecia, Albania, Yugoslavia, Croacia, Armenia, Turquía, Jerusalem de allí hasta la India, Desierto de Gobi, China,Pakistan, Afganistan, Moscú, Polonia, Ucrania, Alemania, Bélgica, Holanda.
L.B.H.: ¿Y todo ese recorrido a pie cinco veces ?
Miguel: –Cinco veces. sí.
L.B.H.:– O sea, que habrás conocido a mucha gente en estos viajes.
Miguel:– He estado con la Madre Teresa de Calcuta, he estado con Gorbachov, Isaac Rabin, Miterrand...
L.B.H.:– ¿Y todo ese viaje lo has hecho sólo?
Miguel: –Me han acompaña-do 25 drogadictos que al fi-nal han dejado la droga. Uno de ellos había cometido incluso un crímen, y me decía «Miguel ¿qué puedo hacer para que Dios me perdone?» Y le dije que hacer el bien, y ahora está en un centro rehabilitando a otros toxicómanos.
L.B.H.: Supongo que tendrás mil y una aventuras que contar de esos viajes. En casi quince años recorriendo a pie Europa y Asia te habrá pasado de todo.
Miguel: –Me ha pasado de todo, cierto. Me picó una víbora y una tarántula, en varias ocasiones he visto muy de cerca la muerte. Me han robado 37 veces, he cruzado una país en guerra...
L.B.H.:– Claro, en los Balcanes. ¿Y cómo saliste?
Miguel:– No tuve problema. Se iban comunicando de embajada en embajada lo de mi viaje y no tuve ningún problema para cruzar las fronteras.
L.B.H.:– Y ¿Qué tal se ha portado con usted la gente?
Miguel:– Bien, me han trata
do muy bien. Muy maja la gente, sobre todo la más pobre, que es la que mejor me ha tratado. Y de La Bañeza no me puedo quejar. Estuve aquí hace cuatro años –veo La Bañeza muy cambiada desde entonces–, aquella vez estuve en el domicilio de una pareja que me acogió en su casa y estuve comiendo con ellos –concluía Miguel Torres
Beteta, que la pasada semana tras partir de La Bañeza, llegaba a tierras del Bierzo.

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