miércoles, 13 de agosto de 2008

Adiós a Peri

Manolo, el 'Negro' que tenía el alma color púrpura

artículo remitido por Polo Fuertes colaborador de leonoticias.com


Hay años, como este, que no son buenos para conservar amigos.
Años, en los que las muescas del alma se acrecientan, cada vez
que un amigo se va por ¿causas naturales? o la muerte súbita en la
carretera, como es el caso de Manolo Martínez Fuertes. Me llamó el
alcalde, Jose Palazuelo, para decírmelo pocas horas después del
siniestro y el desgarro emocional me llevó a la calle cojeando del
alma, una vez más.

Manolo 'Peri', Manolo el 'Negro' ha sido de esas personas que le
dolía La Bañeza de vez en cuando y, por eso, estaba metido en
todo lo que pudiera tener el color de la púrpura, el color de la
bandera bañezana. Aquel mismo día, viernes ocho de agosto, tenía
un concierto con su grupo 'La Charra', (una charanga de coplas
carnavaleras) para inaugurar las fiestas de su pueblo. Y unos días
después, interpretaba una obra de teatro con el grupo 'El
Templete' al que pertenecía. Manolo, el 'Negro', era eso, un
bañezano como la copa un pino que, aparte de su trabajo, era una
pieza clave del bañezanismo de acción, del bañezanismo militante,
sin tapujos, sin ánimo de lucros, sin retorceduras.

Un camión se le cruzó en la carretera de León, en un cruce que
conocía a la perfección, y estrelló su humanidad para siempre,
para no dejarle llegar a empezar, a disfrutar las fiestas de su
pueblo. Hace unos días me preguntaba por la evolución de mi
reciente intervención quirúrgica y yo por su salud y familia: "Todos
bien, aunque de vez en cuando, ya sabes, me duele La Bañeza".
Después, me dijo que cuando pasaran las fiestas, tenía que darle
una copia de mi ponencia en el I Congreso Nacional del Carnaval
en La Bañeza, sobre 'La Charra', "porque quiero hacer algo para
nuestro grupo y, ahora, eres el que más sabes de aquel personaje
femenino bañezano, madre soltera, que puso firmes a los
hombres, a la autoridad competente y al lucero del alba, a pesar
de vivir en los años 40 y 50 del pasado siglo".

Conocí a Manolo el 'Negro' casi siendo aún muy jóvenes ("parientes
en Cristo, por parte de madre y padre", sentenciaba nuestro
coincidente apellido). Eran tiempos en los que la libertad
comenzaba a abrir las primeras rendijas, tras la muerte del
dictador. Su padre, Olegario el 'Negro', era a la sazón presidente
de la asociación de vecinos bañezana Bedunia y, con un grupo de
jóvenes, fundamos una revista que fue el mejor revulsivo para que
aquellas corporaciones municipales democráticas, no se torcieran
demasiado en sus quehaceres de ordenanza. Aunque nos ganamos
de los poderes fácticos de la ciudad el apelativo de 'nido de rojos
comunistas'. Cuando solo éramos el color púrpura de la bandera
bañezana.

Allí forjamos muchos nuestro afán periodístico, haciendo de todo
(reporteros, editorialistas, opinadores, maquetistas, pegasellos,
pegadirecciones… ¡Jesús, qué coño!) Reuniones nocturnas en el
almacén de la casa de su padre, en la subida al 'Túnel', cuyas
estanterías estaban cargadas de colecciones del Diario 16. Una
casa que fue, antes, propiedad de un maestro represaliado, Don
Ricardo, que nos había desasnado a muchos de nosotros.
Reuniones, en las que Olegario, Manolo, Salvador, mi hermano
Chago y yo poníamos los pros y los contras de los escritos de los
colaboradores (colaboradores de la envergadura de Antonio
Colinas, Jose Palazuelo, Ernesto Méndez Luengo, Rodríguez
Fuertes, Mario Núñez…), para que el presidente y director no
tuviera que ir demasiado a sentarse en el banquillo judicial, del
que siempre nos sacaban los abogados del Partido Comunita en
León (nido de rojos, ¡oye!). Hasta tal punto, que, cada quince días,
en los kioscos, los asiduos compraban el periódico de sus
ilusiones y mandaban meter el Bedunia entre sus pliegues, para
demudar el respeto humano de sus columnas en púrpura
mediática.

Escribo estas líneas mientras en la parroquia de San Salvador se
celebra el funeral de Manolo el 'Negro'. Ese negro que tenía el alma
del color de la púrpura de la bandera bañezana. De vez en cuando,
una lágrima se hace presente en el teclado, proveniente de una
muesca más en los desgarros del alma. Se ha marchado otro
amigo, en lo mejor de la vida (58 años).

Mi reciente intervención quirúrgica me ha hecho imposible dar el
pésame a su viuda, a sus hijos y a sus hermanos. Pero sé que
Manolo, mi amigo el 'Negro' me volverá a desear buena suerte,
como siempre hacíamos en nuestras despedidas, aunque la última
nos salió fu. Sé que en el otro mundo estará ya ensayando con
algún grupo de la eternidad para dar un concierto de coplas de
carnaval bañezano o interpretar la comedia de 'El día de nuestra
boda', que dejó inconclusa en éste, como toda buena sinfonía.
Descansa en paz, Manolo. El 'Negro' que seguirá teniendo el alma
color de púrpura de la bandera bañezana.

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