domingo, 12 de octubre de 2008

Trini del Canto / Presidenta a.e.c.c. La Bañeza



Entrevista: Emilio García / Fotografía: Manuel Angel Villazala

Entradilla. La a.e.c.c. hace una gran labor

Se llama Trini, y todos la conocemos por ser la mujer de Palazuelo –el Alcalde–, pero además es desde hace poco la Presidenta de la Junta local de la a.e.c.c. La Bañeza (aun-que antes de ser presidenta ya era miembro de la misma y colaboraba con la asociación desde que el cáncer estuvo muy cerca de ella.
Esta semana nos acercamos a Tri-ni y la preguntamos a cerca de la asociación y la labor que desempeña.

Emilio García Ranz / redacción.-
P.:¿Desde cuando lleva trabajando la asociación española contra el cáncer en La Bañeza?
R.:–En La Bañeza llevará unos 8 años, pero con local para acoger a la gente o reunirnos nosotros 4 ó 5 años.
P.:–Tú eres nombrada presidenta de la junta local en enero de este año, pero yo ya te había visto colaborando en las cuestaciones y otros actos de la a.e.c.c. en La Bañeza desde antes ¿Desde cuando?
R.:–Desde siempre. Antes de que estuviera en La Bañeza ya tenía contacto con la asociación a raíz de vivencias que afectan de manera personal.
Ví la labor que hacía la a.e.c.c. y me apunté a colaborar.
P.:–¿Cuál es esa labor?
R.:– A nivel León el voluntaria-do trabaja en el Hospital prestando su ayuda a los pacientes y familiares estando con ellos en el hospital acompañándoles, ayudándoles moralmente y psicológicamente a afrontar la enfermedad, y a ni
vel de gestiones: facilitarles médicos, acompañarles a consultas o de indicarles por donde deberían de seguir para localizar a un profesional.
Luego también se realiza una labor de concienciación y prevención con conferencias. El año pasado fue muy importante lo que se habló de la vacuna del papiloma, se realizaron actos de prevención en colegios (se habló de la importancia preventiva de tener buenos hábitos de alimentación), y en los institutos se habló además del tabaco. Todos los años se hacen cursos sobre tabaquismo y cómo dejarlo.
P:¿Cuáles de estas actuaciones se han hecho en La Bañeza?
R.:–En La Bañeza se empezó el año con conferencias, después se organizó la I Carrera Contra el cáncer, que fue un éxito, y tras la cuestación que se ha hecho hace poco, estamos preparando algún taller cara a otoño, del que ya informaremos cuando van a ser las fechas porque dependemos de la agenda de los profesionales.
si necesitas ayuda de la a.e.c.c. La Bañeza
P.:–¿Cómo contactar con a.e.c.c. La Bañeza?

Reuniones: Martes a partir de las 20 horas
Edificio de usos múltiples
C/ Dr. Palanca-LA BAÑEZA
tfno: 987 27 16 34
607 19 24 17

viernes, 3 de octubre de 2008

Ramiro Turrado García, chofer de autobús de línea

Le conocí de niño yendo en el coche de línea con mis padres del pueblo a La Bañeza o de La Bañeza al pueblo, luego entablé conversación con él aquellos veranos en los que me tocaba ir a particulares a recuperar ‘mates’ a La Bañeza, y luego aquel verano en el que iba a sacarme a donde Rancho el carné de conducir.
Él se llama Ramiro, y es el chófer del autobús de línea. Un hombre simpático que siempre tenía una palabra agradable y cortés al subir al autobús. Ahora aún le saludo y él me pita cuando nos cruzamos por la carretera, él con su autobús y yo a pié o con mi coche desde que saqué el carné, y por eso la relación no se ha perdido: Ramiro y yo seguimos siendo amigos.
Han pasado décadas y él sigue siendo el mismo: una persona entrañable de esas con las que merece la pena pararse a hablar, porque siempre tiene algo que contar. Así que uno de estos días marché a la estación de autobuses, grabadora en mano, y decidí hacerle esta entrevista para transmitiros a vosotros un poco de lo que viví con Ramiro Turrado García, pues antes viajar en autobús era toda una aventura –me acuerdo de una vez que el bus nos dejó tirados por avería mecánica a la salida de Castrocalbón– y muchas otras cosas que antes ocurrían.
Ramiro, que se podría jubilar dentro de un año anticipadamente, aún tiene muchas más cosas que contar.



Emilio García Ranz. / La Bañeza-

P.:–¿Cuantos años viajando desde La Bañeza a Pinilla y de Pinilla a La Bañeza en el ‘coche de línea’?
R.:–35 años.
P.:¿Qué edad tenías cuando empezaste a trabajar para la antigua «Empresa Ramos»?
R.:– Empecé con 20 años. Empecé de cobrador.
P.:– Y siendo de un pueblo de campo, de economía agrícola, ¿Cómo decidiste en vez de ir a trabajar las tierras el meterte a chofer del autobús de línea?
R.:– Pues la verdad es que los jóvenes de antes y de ahora buscábamos otra salida laboral que no fuera el campo, y a mi hermano, que andaba de León para La Bañeza, le dijeron que había una oportunidad de empezar a trabajar para la Empresa Ramos de cobrador y me lo dijo a mí y así empecé.
P.:–¿Y tenías por aquel entonces el carné de conducir?
R.:– Nada de nada. Empecé de cobrador y cuando empecé no tenía ningún carné de conducir Vamos, no sabía ni cómo era un volante.
P.:–¿Cómo eran los autobuses de aquella época?
R.:– Si quieres te traigo una fotografía (nos dice sonriendo, pues guarda recuerdos de imágenes de aquellos viejos coches de línea que nos pasa a describir).
Había que hacer lumbre debajo del autocar porque en invierno se helaba la válvula y no te cerraba las puertas.
P.:– Han cambiado los autobuses a más modernos y también las gentes, los pueblos, las carreteras... No me puedo ni imaginar cómo sería la carretera de Calzada en la época de Franco.
R.:– Puff. Era como la de Castrocalbón cuando la estaban arreglando. Había unos baches que te rompían las ballestas.
P.:–Bueno, pero los autobuses de antes también serían más duros, estarían más hechos que los modernos, para andar por aquellos viejos caminos.
R.:–No te creas. Cada época tiene sus cosas y requiere lo suyo. Los autobuses de ahora son más modernos, no sé si más duros, pero sí más seguros. Tienen una dirección, frenos abs, otros sistemas tanto para el conductor como para el viajero(asientos más cómodos, aire acondicionado, televisor...) Antes tenías que tener cuidado porque te podías salir de la carretera en una cur-a. Además había unas heladas y unas nevadas que ahora ya no caen.
P.:– Cuéntanos alguna aventura.
R.:– Hemos pasado de todo. Las nevadas eran tremendas y se te marchaba el coche (autobús de línea) con cadenas y todo para la cuneta. Una vez se me fué en Felechares y tuve que ir andan-do hasta Pinilla para buscar un tractor para que nos sacase.
P.:– Ha cambiado mucho todo, no sólo en autobuses y en comodidad de los mismos, sino en viajeros. Aunque los autobuses de antes eran más incómodos yo recuerdo que íban llenos. Recuerdo la vieja cochera de Ramos a las 7 de la tarde con el andén 1 y 2 con los coches de lí-nea a tope de gente un día normal, y aquellas viejas puertas correderas que se abrían para que pasara la gente de todos los pueblos de la comarca hacia los respectivos autobuses cuando oían el ruído (porque apenas se entendían) por los altavoces de aquella gran y fría sala de espera de bancos de madera. Hoy ya te veo pasar y a veces no llevas a casi nadie. Todo el mundo ya casi tiene coche.
R.:–Cierto. Recuerdo cuando en nuestra línea iban cuatro coches. Iban el de San Esteban, dos a Castrocalbón el de la línea que iba hasta Pinilla y el de Camarzana. Yo recuerdo los fines de semana que iban dos coches llenos ahora van cuatro personas.
P.:– Claro. La gente que iría a La Bañeza al mercadillo del sábado seguro. No sólo iría el autobús lleno de viajeros sino de carga.
R.:– Me acuerdo de llevar hasta gorrines en la baca del ‘coche’.
P.:–(estallo de risa) ¿Transportabas cerdos vivos encima del autobús? ¡Tenía que ser un show!
R.:– Sí. La gente llevaba de todo. Me acuerdo de un paisano de Calzada que llevaba alubias en la maleta.
P.:– Puff. Claro, yo también me acuerdo de eso, de venir al pueblo de vacaciones de Semana Santa y que al irte los vecinos te daban de todo. Una vez mi padre llevó la maleta con media matanza a Bilbao... Lo malo, su-pongo, subir esas maletas para la baca... porque ahora el maletero está debajo.
R.:– Sí –responde Ramiro– antes era todo cargarlo a pulso arriba del coche, para la baca. Antes debajo no había nada. Y había maletas que igual pesaban 50kg
P.:– Toda una vida montado en un autobús... puedes ser cronista, porque has visto el mundo cambiar época a época monta-do en tu autobús.
R.:– Sí. Ha cambiado todo, y todo para mejor excepto la gente, que hay menos viajeros y son más exigentes que antes. Antes en el autobús y en el pueblo la gente era de otra manera, había una solidaridad... En el autobús éramos todos una gran familia. Ahora ya ves, en muchos pueblos la gente no se habla como antes.
P.:– Te doy la razón. Cuando yo vine al pueblo por primera vez y hasta los años 80 me acuerdo de ir a casa de los amigos y entrar hasta la cocina, en mi casa no se cerraba la puerta de la calle, se ponía un ladrillo y se de-jaba abierta –le comento a Ramiro– ¡y ahora con los rumanos...!
R.:– Sí, es lo que te decía, que ha cambiado la forma de ser de la gente. Antes enseguida entablabas conversación, ahora hay quien no te habla. Y la gente se conformaba con poco. Me acuerdo de una vez en un autobús de 35 plazas que fueron 114 personas Fue en el coche de Manolo el de Camarzana. La gente quería ir a La Bañeza y no le importaba ir de pie.
P.:– Puff!! Pero 114 personas en un autobús... ¡Parecerían sardinas en lata!
Oye. Tiene que ser difícil conducir por esas carreteruchas.Yo conozco tu ruta, y en Pinilla las casas se meten en la carretera. La carretera es estrechísima, tanto como para no cruzarse el c-che de línea y una bici en algu-nos tramos. Tendrá que ser difícil meter un autobús por ahí.
R.:–Anda hombre, anda. Hay carreteras más estrechas. Te lo digo yo, y con más baches. Ahora se han arreglado mucho, pero ten en cuenta que antes aunque habían más baches había me-nos tráfico. Por muchos pueblos no pasaban ni coches, sólo el coche de línea.
P.:–Ah! ¿Conoces otras carreteras? Yo pensaba que siempre ha
cías la misma ruta.
R.:No, he hecho otras rutas con el autobús, aunque bien es cierto que casi siempre he hecho la ruta La Bañeza-Pinilla en las tres empresas por las que he pasado Ramos, Alsa y ahora Gelo.
P.:–He oído rumores de que te jubilas dentro de poco.
R.:–No lo sé. Hago 60 años y no sé cuando me jubilaré.