lunes, 23 de septiembre de 2013

(8) CUANDO LAS MISIONES PEDAGÓGICAS VISITARON LA BAÑEZA


El Teatro y Coro del Pueblo, junto al Museo Circulante, fueron en los años republicanos los mejores auxiliares de las Misiones Pedagógicas en las poblaciones que ellas visitaban. Su Patronato había propuesto el 24 de julio de 1933 a la alcaldía bañezana traer aquel Museo del 12 al 19 de agosto, y solicitaba local y medios para su instalación, cediéndose el salón del consistorio (que sufraga los gastos) y encargando al Consejo local de Primera Enseñanza organizar la exposición. El 11 de agosto comunicaba el Patronato que retrasaría su instalación en unos días por desplazarse antes a Galicia. El retraso tornaría en suspensión de la visita pues la gira por Galicia se alargó hasta finales de diciembre, y es al final de este periplo cuando las Misiones recalan en Astorga y San Román y Nistal de la Vega, para finalizarlo en Val de San Lorenzo.
Aquel Museo recorrió después otras geografías, y no se terció mostrar sus pinturas en los lugares antaño suspendidos hasta el verano de 1935. En La Bañeza preveía permanecer del 10 al 16 de agosto, aunque se quedó hasta el día 18 (“se ocupó de su vigilancia Lucas Mantecón, y se le pagaron por ello tres jornales”), después de que la corporación acordara el día 7 “rogar al Patronato de las Misiones Pedagógicas amplíe la estancia de su Museo Circulante de Arte hasta el día 18 inclusive, por alcanzar hasta esa fecha las fiestas patronales de la ciudad”, prosiguiendo en Valencia de Don Juan del 18 al 23, en una gira iniciada a mitad de julio en Ponferrada y que cerraba en Riaño a mediados de septiembre, en una ruta descendente ahora del Bierzo a la Meseta. Finalizado aquel recorrido, el Patronato remitía el 16 de octubre al ayuntamiento bañezano una colección de fotografías pictóricas (realizadas para las Escuelas Normales de Maestros) que se expondrán unas en las dependencias de la Casa Consistorial y en las escuelas otras. 
Los cuadros se colgaban en el lugar más apropiado, normalmente el salón de actos del ayuntamiento (como se hizo en La Bañeza) o en alguna escuela, cubriendo las paredes con sábanas, para que se vieran mejor, con música clásica de fondo y macetas con plantas y flores en la sala, disponiéndose horarios de visita matutinos y de tarde que se combinaban con charlas instructivas sobre las pinturas y su historia y con sesiones dedicadas a los niños, a los que se facilitaba materiales de dibujo (algunos habrá que aun lo recuerden). Antes de irse, los misioneros solían dejar en el lugar el gramófono y la colección de discos que hasta allí habían transportado, y también una biblioteca de unos cien libros para que los adultos y los niños siguieran aprendiendo. Dos bibliotecas ya habían donado las Misiones Pedagógicas a La Bañeza en 1931, a la Agrupación Socialista una, y otra a la escuela (esta será expurgada después que se desate la vorágine de julio de 1936).

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