lunes, 23 de septiembre de 2013

(6) CUANDO LA BAÑEZA PREFIRIÓ AL GENERAL ESPARTERO.


En 1868, los liberales demócratas y republicanos protagonizaron la revolución gloriosa, la septembrina, obligando a Isabel II a abandonar España (la soberana había tenido antes la estrambótica ocurrencia –de la que la hicieron desistir los generales O’ Donnell y Serrano, sus amantes- de salvar de su derrumbe a la muy cuestionada monarquía presentándose a las elecciones generales como candidata a la presidencia del gobierno). Las nuevas Cortes, elegidas por sufragio universal, promulgaron una Constitución democrática, aunque monárquica, la más liberal de las habidas hasta entonces y a la vanguardia de las europeas del momento, y en ellas el ayuntamiento de Santa María del Páramo y algunos otros pedían en abril de 1869 la abolición del impuesto personal y que se sustituya por otra contribución más equitativa y justa.
Francisco Romero Robledo, de joven y con uniforme de la Milicia Nacional. Se le conoció por su dandismo, como “el pollo de Antequera”.
El trono permanecía vacante y urgía encontrar un monarca que lo ocupara (se descartada, por unanimidad, la dinastía borbónica), y tras diferentes opciones fue escogido en noviembre de 1870 como rey el italiano Amadeo de Saboya (el Círculo Democrático de La Bañeza, como los de otros lugares de la provincia, había preferido al general Espartero).
Importantes núcleos de republicanismo se daban en todas las provincias, y en numerosas poblaciones leonesas había pequeños grupúsculos republicanos. En La Bañeza (junto con León y Astorga un foco clásico del republicanismo leonés) llegó a formarse un grupo cuantioso, hasta el punto de existir, ya proclamada la Primera República y abolida la milicia obligatoria, un Batallón de Voluntarios de la República (Voluntarios de la Libertad se había llamado antes la milicia ciudadana surgida al abrigo revolucionario de la Gloriosa y con pretensiones de instauración republicana) al que para mayor realce y vistosidad acompañaba en sus desfiles la Banda de Música, después de que en 1868 desde la Junta de León, que disolvió la Diputación y el ayuntamiento, suprimió el impuesto de consumos y expulsó a los jesuitas, se creara, al igual que en las restantes localidades provinciales de importancia y en algunos pueblos, la Junta Revolucionaria bañezana, no tan radical a lo que parece como la de Hospital de Órbigo, que trasladó al domingo el mercado de los viernes. Por cierto que aquellos centros radicales y republicanos de La Bañeza y de los demás lugares y los casinos y periódicos democráticos y federales fueron cerrados precisamente, producida la restauración de la monarquía alfonsina en 1875, por Francisco Romero Robledo, entonces ministro de la Gobernación y diputado bañezano.

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