martes, 29 de octubre de 2013

Los Plenos municipales


José Cruz Cabo
Como ya he comentado. cuando yo comencé a asistir a los plenos, como corresponsal de “Diario de León” y “Radio Popular de Astorga”, no asistía nadie más que yo a los mismos, y entonces era el alcalde, Benigno Isla García, que fue el que inauguró el Seminario, aunque los esfuerzos los había realizado para su construcción, Inocencio Santos Vidales. A Benigno le hice una entrevista, la primera de las muchas que realicé después. Al poco tiempo entró de alcalde, Fidel Sarmiento Fidalgo, que fue el que tuvo los problemas con el plano de urbanización y la oposición para construir, la Plaza de Abastos, así como inició los colegios.
El siguiente alcalde, fue su hermano Leandro Sarmiento Fidalgo, también de gratísima memoria para nuestra ciudad, yo seguía estando solo en los plenos, hasta que en los años setenta y cinco ya me acompañaba, como corresponsal de “Proa” la hija de mi entrañable compañero Delfín Pérez Linacero, Lourdes Pérez Sánchez y al mismo tiempo Delfín, que había dejado la concejalía, y era el fotógrafo del mismo diario que su hija, y también a mí, me facilitaba fotos para “El Adelanto Bañezano”, del que ya era yo el subdirector. 
Pero lo que yo quiero contar aquí, es el pleno en que Leandro Sarmiento Fidalgo, que hizo la Piscina al aire libre, inauguró los colegios de San José de Calasanz, el Instituto de Segunda Enseñanza, hoy instituto Ornia, el centro de Formación Profesional, hoy Vía de la Plata, y estuvo a punto de conseguir un Hospital de la Seguridad Social. Precisamente en este pleno que comento, del año setenta y tres,  se leyó una carta del Ministro de Sanidad, Fernando Suárez, concediéndole a nuestra ciudad un Hospital, para el que Leandro se había puesto al habla con Julio Valderas Arconada, quien había cedido cincuenta mil metros cuadrados de terreno para su edificación. Al finalizar el pleno, le dije, ya que era yo el único fuera de la corporación que estaba en dicho pleno. “Mira Leandro esta noticia no la publico hasta que el Ministerio no lo saque a concurso”. “No hombre al Ministro no se le puede hacer eso, hay que publicarla”. En contra de mi voluntad, la publiqué primero en el “Diario de León” y después en nuestro Semanario y en Radio Popular de Astorga. El Ministerio se llenó de ilustres astorganos pidiendo otro hospital.
Pero el problema, como yo me temía, es que en aquella época los ministros duraban poco, y antes de pasar el año, Fernado Suárez fue destituido y el Hospital se marchó con su cese. Porque ya nunca más se supo del mismo. Pero quiero dejar constancia de que Leandro se movió mucho y bien, pero  no pudo conseguirlo. Otra cosa que a pesar de los viajes a Madrid, que hizo Leandro Sarmiento, esta vez acompañado por Mario Núñez, que entonces era concejal, fue al Ministerio de Turismo, pidiendo que no se cerrara el Albergue de Turismo, que entonces era escuela de hostelería pero las personas solo podían pasar una noche en él, ya que estaba así establecido, y Leandro y Mario fueron con el propósito de cambiar eso,  y de hacer valer que era un edificio histórico, ya que Franco paraba en él, pero en el Ministerio, lo tenían entre ojo porque daba déficit, pero en esas condiciones era normal que lo diera, ya que la Escuela de Hostelería salía cara, dado que los alumnos y alumnas, tenían que comer; además los viajeros no lo usaban porque solo podían pernoctar una noche, y eso que el municipio y algún particular, daba cenas importantes en dicho establecimiento. Pero en Madrid los recibió el Director General, un déspota que había sido alcalde de Benidord, y no se paró en examinarlas, les dijo que lo cerraba, ya que daba pérdidas, y aunque Leandro y Mario, intentaron convencerlo de que era lógico que las diera, pero que se podía buscar una fórmula que no diera déficit, buscando la manera de que la gente pudiera pernoctar en él los días que quisiera, este personaje, uno de los muchos políticos que no sabía de política ni de economía, hoy todavía tenemos bastantes sujetos de estos, dijo que lo cerraba, y no hizo caso de las propuestas que le llevaban para que fuera eficaz, y pasado un tiempo, lo cerró. Una pena, porque fueron muchos, los jóvenes de entonces, que salieron como cocineros de grandes hoteles, como Paco Rubio y otros muchos más, pero la política en aquella época era así, y el que mandaba hacía lo que le daba la gana, sin realizar estudios para ver la forma de mejorar las cosas.

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