miércoles, 19 de febrero de 2014

25.- Guerreando en varios continentes.-


Según la relación de la Zona de Reclutamiento de León que se publica en el Boletín Oficial de la Provincia les correspondía servir en el Ejército de Cuba a los mozos del reemplazo de 1897 del ayuntamiento de Santa Elena de Jamuz Ángel y Pedro Falagán Astorga, Juan Esteban Rubio, y Mateo Pérez Vallinas, y se destina al de Filipinas, según el número obtenido en el sorteo, a Manuel García Alonso, al que se le desestima la reclamación basada en que su hermano casado no puede atender a la subsistencia del padre de ambos. No toca entonces a ninguno de los quintos ser enviado a Puerto Rico.
Se había organizado en 1897 el partido republicano fusionista, liderado por Menas Alonso Franco, en algunos pueblos de la comarca bañezana, “estableciendo en octubre una Junta del mismo en la importante villa de Santa María del Páramo” (decía El Liberal el día 8), y el primero de enero de 1898 el diputado conservador por La Bañeza Rafael Mesa Mena da un suntuoso banquete en honor de Valeriano Weyler, Capitán General de Cuba hasta unos meses antes, con quien le unen vínculos de amistad desde hace tiempo. Asisten entre otros los exministros Francisco Romero Robledo y Castellano. En febrero anuncia su candidatura, frente a la del liberal bañezano Vicente González Ugidos, en las elecciones a Cortes que se celebrarán el 27 de marzo, y añade que de triunfar regalará 13.000 duros para la construcción de un edificio para beneficencia (“Falta hace”, titula el corresponsal su gacetilla). Mesa Mena se presentó al final por Ponferrada y en el distrito bañezano triunfó Ugidos. En la provincia resultaron elegidos 4 conservadores, 5 liberales, y 1 republicano (Gumersindo de Azcárate, por León). Para senadores se nombrarán compromisarios el 3 de abril, y se votarán el día 10 los candidatos; el 25 de abril se abren las Cortes.
En los inicios de aquel año son muchos los conscriptos de nuestra tierra regresados de ultramar por enfermedades que han de reincorporarse al Regimiento Burgos, de León, por haberles transcurrido los cuatro meses de licencia. Se hallan en tal situación, entre otros, Vicente Ramos Aparicio y Ángel Villar Fernández, de Alija de los Melones; Ramiro Arias Cenador, de Torneros; Olimpio Fernández Díaz, de La Bañeza; Gregorio Méndez Cabezas, de Bercianos del Páramo; José Santos Santos, de Nogarejas; Domingo Caballero García, de Villazala; Manuel Linacero Vidal, de Veguellina, y Jerónimo Álvarez López, de Miñambres. Uno de los muchos soldados que de regreso de Cuba y Filipinas heridos o enfermos son atendidos en los meses de noviembre y diciembre del año anterior en la Hospedería de la Cruz Roja por la Comisión leonesa de la Asociación es Antonio Madera Riesco, de Nogarejas y encuadrado en el Batallón de San Marcial. En la estación de León y en tal alojamiento son 1928 los acogidos entonces, sacrificados a la Patria y a ella devueltos convertidos por la campaña, las fiebres, el hambre y la derrota en espectros de sí mismos, o no regresados ni en sus restos, como creemos que fue el caso del bañezano Atanasio Cordero de las Heras, muerto en un hospital militar de Cuba en los postreros años del siglo XIX y cuya certificación de fallecimiento llega aquí el 7 de marzo de 1916, y como había sido antes el de Francisco Benavente de Blas, alistado voluntario en 1874 y fallecido en el Hospital de Santa Isabel de aquella isla, siendo cabo, cuando llevaba seis años de servicio.
Con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, tras el varapalo económico y moral que ello supuso, España buscó una mayor presencia en el norte de África, logrando en los repartos coloniales de 1904 y 1906 el control sobre la zona norte de Marruecos, mientras los obreros españoles, cuyas jornadas de trabajo superaban las doce o trece horas y no tenían descanso dominical ni cobertura sanitaria, habían ya comenzado a tomar conciencia sindical y a organizarse en un cada vez más influyente y concienciado movimiento obrero, opuesto al masivo reclutamiento de tropas (reservistas incluidos) para asegurar el control del protectorado marroquí una vez que estalla el 9 de julio la Guerra de Marruecos que habrá de prolongarse hasta 1927. Bien pudiera considerarse la guerra silenciosa de Ifni en 1957 y 1958, e incluso las escaramuzas militares de los años previos al abandono del Sahara en 1975, como tardíos y particulares episodios de la dilatada Guerra de África que se había iniciado en 1859, “cuando España alzó banderas contra el moro”, y que tantas aprensiones y temores suscitó entre tantas generaciones de quintos sorteados y en sus familias. Por cierto que de aquellas iniciales campañas de 1859 y 1860 sobrevivió el bañezano José Monroy Santos, honrado

como héroe “pensionado de supervivencia” a la altura de 1916.  

No hay comentarios: