jueves, 8 de mayo de 2014

31.-El asalto y muerte del cura de Jiménez.-

Sonado fue en su tiempo el asalto del que en la noche del 26 de octubre de 1908 fue objeto en la casa rectoral de Jiménez de Jamuz el que desde 1881 era su párroco, don Pablo García Loren-zana, después de que hubiera ido a La Bañeza a cambiar sus monedas, ya que “se iniciaba el reinado del nuevo monarca Alfonso XIII y el correspondiente ministerio retiraba el dinero antiguo y acuña-ba un nuevo metálico” (en realidad se retiraban los falsos, pero mejores, duros sevillanos, que te-nían más cantidad de plata que los legales, caso insólito en la historia de las falsificaciones de dine-ro, y que llegaron a ser más del 3% de los que circulaban). Regresando al pueblo, al pasar por el fielato situado junto a las vías férreas, algunos bañezanos que allí se hallaban se percataron de que los dineros tintineaban en las alforjas de su cabalgadura, y pocos días desp
ués, con nocturnidad y alevosía, se adentraron en su domicilio maniatando y golpeando al cura y a su ama de llaves y so-brina (Salomé García Lorenzana, desposada en 1887 con Pedro Rubio Cadierno), la cual pudo sol-tarse de sus ataduras y escapar avisando a un vecino que alertó a los demás del lugar a toque de campanas, lo que hizo que abandonaran el intento de robo y huyeran los ladrones. Apresados al poco los asaltantes, reconocidos en careo por el párroco, fueron procesados y condenados por la justicia a las penas pertinentes. El sacerdote falleció poco después del suceso, a los 72 años, víctima del trauma y de los golpes recibidos.


Así narra lo sucedido Pedro Alonso Álvarez, y Porfirio Gordón y Javier Tomé nos brindan mayor detalle y nos ofrecen nuevos datos del que se conoció entonces como el crimen del cura de Jiménez, “un fogonazo de atavismo cavernario que causó conmoción en una comarca de natural tranquila y afable como era la nuestra”: el botín de los malhechores fue un billete de 100 pesetas, una moneda de oro de 25 y 7 pesetas más en calderilla, además de otras 6.000 en billetes que el clé-rigo escondía en una pared de la cuadra, un revólver, una navaja y un reloj de plata, y se detuvo unos días más tarde como autores de los violentos hechos a Eduardo Cancelas Rebordinos (bañe-zano y guarda jurado de La Venatoria; resultaría exculpado), José González Morla (jornalero de 55
años y vecino de Saludes de Castroponce), Eusebio Vicente (hojalatero de 24 años de edad) y Leo-poldo Centeno (de 26 años, “aspecto simpático y lenguaje escogido”), todos ellos “reputados como jaraneros y entusiastas de la vida perdularia”, resultando a la postre condenados los tres últimos en mayo de 1910 en la Audiencia Provincial por un Tribunal del jurado (“nombrado entre los habitan-tes de todos los pueblos del partido, 20 por cabezas de familia y 16 por capacidades”) a casi siete años de prisión (se habían solicitado para los acusados sendas penas de muerte y 4.000 pesetas de indemnización) tras un proceso por robo y homicidio seguido por numeroso público, al que prestó su atención toda la prensa de la época, y en el que formaron parte de los cuatro abogados defensores el leonés Francisco Roa de la Vega y el bañezano Julio Fernández y Fernández Núñez.
Más de cincuenta testigos fueron citados al juicio, entre ellos los jiminiegos Felipe Sanjuán, Bonifacio Cabañas, Martín Álvarez y Severina Morán. Se condenó indirectamente por causa de aquel crimen a otras dos personas: Dominica, hija de José González, y Josefa María, hermana de Eduardo Cancelas, la primera por amenazas al escribano, Arsenio Fernández de Cabo, que intervino en el sumario, y por calumnias la segunda, al acusar a otras personas del asalto y muerte del cura de Jiménez, un episodio que vino a resultar de autoría nada clara y sobre el que ya antes del juicio se habían suscitado muchas dudas, surgiendo posibles implicaciones en el mismo de los apodados “el Chato” y “el Andarín” en el transcurso de la vista, y añadiendo incluso la habladuría popular a los nombres de los que se inculpó y no fueron procesados el de algún jiminiego que después se embar-caría para América.

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