martes, 6 de mayo de 2014

Polo Fuertes / Despedida a la eternidad de un compañero y amigo



José Cruz Cabo
Conocí a Leopoldo Fuertes Carracedo cuando en l979, fui a comprarle el primer coche que tuve, el Seat 127 y aunque me atendió su hermano Santiago, al que ya conocía de antes, no por eso dejé de entrar en el taller y allí estaba Polo arreglando automóviles. A partir de entonces, nuestra amistad se fue consolidando, no solo por la revisión del coche y algún arreglo que había que hacerle, sino porque con Polo la conversación se hacía alegre y dicharachera, ya que siempre solía estar de buen humor. Después al cerrar el taller y coger la corresponsalía de la Crónica para Astorga y La Bañeza, la amistad se fue estrechando, ya que coincidíamos en muchos sitios, lo mismo en ruedas de prensa, que en los plenos, en conferencias, en exposiciones y en tantos actos como nos requerían para escribir de La Bañeza a la que siempre amó Polo con pasión.
Fueron muchos años en los que cada poco nos teníamos que encontrar, y siempre su caballerosidad, su gran sentido del humor y sobre todo su gran humanidad, se ponian de manifiesto en cada uno de nuestros muchos encuentros. Carnavalero de pro, escritor de gran calidad, y sobre todo de enorme pasión por su ciudad, nos unimos más a partir de las crónicas que publicó en nuestro semanario “El Adelanto Bañezano”, ya que hubo un tiemnpo en el que Polo escribía una crónica semanal desde su atalaya de Santa María, en la que nos describía una ciudad, ya desaparecida, de cuando él era niño en los años cuarenta y cincuenta. Sus jugosos artículos, llenos de recuerdos y de amor por La Bañeza, que además solía entregarmelos a mi, eran muy esperados por nuestros paisanos, sobre todo los que vivían fuera de aquí y tenían una gran repercusión emocional y mediática, También el periòdico Bedunia que editó dicha asociación hasta que desapareció, lo tuvo como redactor y sus artículos eran firmados con el sobrenombre del “Tio Lucas”,
Fueron tantos los encuentros en los que nos encontramos con Polo y con Veri, mi esposa Nieves y yo, que el afecto y el recuerdo de tantas vivencias, me llenan el corazón de pena, los dedos se agarrotan en el ordenador al tener que escribir este artículo, y los ojos no ven bien la pantalla, porque aunque esperada, nunca pensamos que la enfermedad iba a poder con él, hasta hace unos pocos días que una prima suya, me dijo que estaban esperando su muerte en cualquier momento y este momento fue más rápido de lo que pensamos y creimos posible.
 Cuando se jubiló y comenzó a escribir sus recuerdos bañezanos en los periódicos digitales, como ”Leonoticias” y el bañezano “Ibañeza.es”, así como en el Faro Astorgano, con recuerdos de esta hermana ciudad, en la que estuvo bastante años como corresponsal de La Crónica, y donde dejó muchos y muy buenos recuerdos. Su enorme humanidad le hacían criticar lo criticable y ensalzar lo ensalzable, ya que no permitía que las cosas se hicieran mal en su ciudad, fuera quien fuera. Siempre íntegro, trabajador, amable, honesto y lleno de simpatía, nunca le ví cabreado, Polo Fuertes fue ese amigo y compañero que no se olvida nunca, porque su imagen permanecerá incólume en los que tuvimos la gran fortuna de conocerlo y ser sus amigos.
En estos momentos de dolor para su esposa Veri, a la que amó con toda el alma, a sus hijos, y sobre todo a sus nietos con los que disfrutaba enormemente, les envio mi amistad, mi profundo dolor por la perdida de un amigo entrañable, y el deseo para él, deseando que goce por siempre en la eternidad, en la que algún día, Dios lo quiera, podamos volver a vernos.

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