viernes, 28 de noviembre de 2014

Dolor por el fallecimiento de una buena persona

José Cruz Cabo
Policarpo de la Huerga García, ha fallecido después de una larga vida haciendo el bien.
Mis recuerdos de Policarpo de la Huerga, era un hombre humilde, trabajador y cristiano de verdad, pues su vida está salpicada de generosidad, de bien hacer y de trabajo sacrificado.
Mis charlas con él casi siempre tenían lugar en Confecciones Villasol, ya que muchas veces al bajar de su despacho, paraba allí para charlar con Domingo y los que estuvieran, sobre los problemas, comentarios o noticias de la ciudad y al mismo tiempo salía a relucir su ajetreada vida, pues de joven y ya casado, fueron muchos los viajes que hacia por la comarca en Bicicleta, que en los años cuarenta era el medio más rápido de desplazamiento que había, y con su privilegiada memoria, hasta hace pocos meses, nos hacía recordar muchos de los acontecimientos, sacrificios y aventuras que se le daban por esos caminos de Dios. A mi, personalmente me contó anécdotas de mi padre Manolillo que yo no conocía, ya que les arregló muchas cubas,  haciendome reir con sus comentarios, llenos de sensatez, de humildad y de simpatía.
Fueron muchas las deudas que dejó sin cobrar de su establecimiento, muchas de ellas perdonadas, para que no sufrieran más los deudores. Fue mecenas de muchas instituciones sin animo de lucro, y también fueron abundantes los donativos que entregó a parroquias, conventos y cofradías de la ciudad y comarca. Era un hombre caritativo sin que su mano derecha supiera lo que hacía la izquierda. También recibió algún desengaño porque le pedía gente que luego le engañaba.
.Era una persona tan buena, tan sencilla y tan afectuosa, que era imposible no quererle y hasta admirarle, porque su sentido del humor, su amabilidad y su gracejo, conquistaban a todos los que le conocimos y tratamos.

Amigo y admirable Policarpo de la Huerga, espero que ahora estés disfrutando de tantos amigos que te quisieron y fueron antes hacia el más allá, además de reencontrarte con tu esposa y tus padres, a los que también recuerdo. En estos tristes momentos para tus dos hijas, Emilia y María Jesús, así como tu hermana Antonia, me uno a su dolor por tu fallecimiento y espero que todo lo mucho y bueno que hiciste en vida, te sea pagado con creces en el cielo, ya que tu cristianismo fue ejemplar y profundo. Hasta siempre amigo Policarpo.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Avatares para conseguir el Teatro y hacer un Parque


José Cruz Cabo
Cuando se cerró el teatro era alcalde, Antonio Fernández Calvo y concejal Mari Nunci Roy, quienes pensaron que era una lástima que se cerrara dicho teatro, por lo que un día fueron a hablar con el entonces propietario, Felipe Pérez Alonso. Este les pidió una cantidad, que el ayuntamiento no podía pagar y estuvieron intentando convencerlo para que lo regalara al municipio, y ellos a su vez le ponían una estatua a la entrada del mismo, pero Felipe no cedió y la cosa quedó muerta.
Al llegar a la alcaldía Santiago Sevilla Miguelez, entró de concejal de cultura Olga Cavero y ambos decidieron hablar con Felipe Perez para saber el precio que quería por el teatro. Una vez puestos de acuerdo en 49 millones de pesetas se decidió su compra y como el escenario era pequeño, se habló con los dueños colindantes por la parte de atrás y por la parte lateral, consiguiendo que Mario Núñez Alonso, le cediera parte del patio de su casa, siempre que se comprometieran a darle dos entradas gratis, para todos los espectáculos que se dieran en él, lo que no hizo falta porque nuestro amugo y recordado Mario Nuñez murió antes de que se terminaran las obras del mismo. También se compraron unos metros de unas huertas que tenían entrada por la Calle Juan de Mansilla. José Miguel Palazuelo, siendo alcalde, consiguió una subvención de casi dos millones de euros, para agrandar el escenario y acondicionar el teatro, que fueron a cargo del Ministerio de Cultura, siendo ministra de cultura, Maria Antonia Trujillo, que vino a ver como marchaban las obras antes de ser cesada, por lo que vino a inaugurarlo, la ministra, González Sinde, en representación del Presidente del Gobierno, José Luis Rodriguez Zapatero, que vino a verlo cuando ya se estaba terminando.
Siendo también alcalde, Antonio Fernández Calvo y concejal Mary Nunci Roy, intentaron que los dueños del Cine Salamanca, los Hermanos Martín Toral, les regalaran una finca que tenían enfrente del parque Infantil, finca que ahora está edificada, para hacer allí un jardín y en él pondrían las estatuas de los dos hermanos Antonio y Manolo, pero estos no cedieron y las conversaciones no cuajaron.
Con posterioridad, siendo alcalde José Miguel Palazuelo, consiguió de los herederos de los Martín Toral, que por clasificarle el Cine Salamanca y la finca enfrente de Parque infantil, como urbanizables, en compensación Marcelo Toral Pascua, heredero de sus primos Toral, cedió gratis al ayuntamiento la fábrica de Harinas, donde hoy está la oficina de Turismo y el Museo Citba, además de regalarle todo el terreno de la parte de atrás de la fábrica donde se construyó el parque infatil que ahora hay en él, y lo que todavia falta en dicho jardín es pintar las paredes con buenos grafitis, ya que es una pena que estén tan descascarilladas y feas, porque son muchos los niños que allí juegan bajo la vigilancia de sus padres.
Esto es lo que hubo de las gestiones que se realizaron para conseguir tanto el teatro, como la fábrica de harinas, ya que no hubo forma de que el Cine Salamanca pudiera quedar como tal, a pesar de lo precioso y grande que era y precisamente por lo grande. El parque que querían Antonio y Mari Nunci, se ha montado en otro sitio, gracias a la generosidad y bañezanismo de nuestro siempre recordado Conrado Blanco González, el mayor mecenas que ha tenido la ciudad en su historia.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Adiós a German del Campo

José Cruz Cabo

No por esperado, me causó menos tristeza tu muerte, amigo German del Campo. Yo te conocí recien venido a nuestra ciudad, con tu esposa Dorita, una vez te jubilaste de director de la sucursal de banco en León y, al poco tiempo de venir a vivir para La Bañeza, comenzaste a escribir aquellos artículos sobre las capitales de provincia de España, que esperábamos con tanta ilusión por tu forma directa, amena y bonita de contarnos las bellezas de nuestras capitales españolas y que te publiqué en nuestro semanario, ya que entonces era yo el subdirector y encargado de sacarlo todas las semanas. Además era una manera de estrechar nuestra amistad, ya que tus opiniones, siempre ponderadas y elegantes, nos desvelaban una persona buena, humilde, sencilla, inteligente y agradable. Fueron muchas las semanas, que estuviste escribiendo y me decías, “cuando no tengas otra cosa mejor que poner, me pones estos artículos “. como si ellos no fueran tan interesantes o más, que muchos de los que se ponían en nuestro semanario.
A partir de aquí nos vimos mucho, especialmente en el verano que ibamos por la noche a la terraza del Bohemia, a refrescar del calor del día. También nos veiamos en el invierno dentro del café, y tu amena conversación y sobre todo tu hombría de bien, llena de ecuanimidad, hacian esos ratos entrañables, que se fueron adentrando en nuestro corazón.
Llegaron los problemas de salud, después de la operación de Dorita, volvimos a vernos a menudo, pero ya en los ultimos tiempos, nos encontrábamos en el Centro de Salud o por la calle acompañado de una joven que te ayudaba a caminar, y esos encuentros eran para mí una enorme satisfación por saber que aún te encontrabas entre nosotros. Yo te preguntaba por Dorita y tu me preguntabas por Nieves.
La última vez que nos vimos más despacio, todavía con algo de fuerzas, fue en la presentación del libro de tu hijo Ricardo, “El efecto California”, una magnífica novela sobre León y sus gentes, que tanto gozo y hasta sorpresa te produjo, pues no esperabas que tu hijo fuera un buen escritor, lo que te llenó de ilusión y lo celebraste con gran alegría.
Amigo German, te estrañaré mucho cuando no te vea por nuestras calles, pero los años pasan para todos, y es posible que algún día podamos seguir nuestras charlas en el más allá. Me uno al dolor profundo de tu esposa Dorita, de tu hijo Ricardo y de todos tus familiares, porque hemos perdido a un hombre integro y maravillosa persona, además de un buen escritor.