sábado, 8 de noviembre de 2014

Avatares para conseguir el Teatro y hacer un Parque


José Cruz Cabo
Cuando se cerró el teatro era alcalde, Antonio Fernández Calvo y concejal Mari Nunci Roy, quienes pensaron que era una lástima que se cerrara dicho teatro, por lo que un día fueron a hablar con el entonces propietario, Felipe Pérez Alonso. Este les pidió una cantidad, que el ayuntamiento no podía pagar y estuvieron intentando convencerlo para que lo regalara al municipio, y ellos a su vez le ponían una estatua a la entrada del mismo, pero Felipe no cedió y la cosa quedó muerta.
Al llegar a la alcaldía Santiago Sevilla Miguelez, entró de concejal de cultura Olga Cavero y ambos decidieron hablar con Felipe Perez para saber el precio que quería por el teatro. Una vez puestos de acuerdo en 49 millones de pesetas se decidió su compra y como el escenario era pequeño, se habló con los dueños colindantes por la parte de atrás y por la parte lateral, consiguiendo que Mario Núñez Alonso, le cediera parte del patio de su casa, siempre que se comprometieran a darle dos entradas gratis, para todos los espectáculos que se dieran en él, lo que no hizo falta porque nuestro amugo y recordado Mario Nuñez murió antes de que se terminaran las obras del mismo. También se compraron unos metros de unas huertas que tenían entrada por la Calle Juan de Mansilla. José Miguel Palazuelo, siendo alcalde, consiguió una subvención de casi dos millones de euros, para agrandar el escenario y acondicionar el teatro, que fueron a cargo del Ministerio de Cultura, siendo ministra de cultura, Maria Antonia Trujillo, que vino a ver como marchaban las obras antes de ser cesada, por lo que vino a inaugurarlo, la ministra, González Sinde, en representación del Presidente del Gobierno, José Luis Rodriguez Zapatero, que vino a verlo cuando ya se estaba terminando.
Siendo también alcalde, Antonio Fernández Calvo y concejal Mary Nunci Roy, intentaron que los dueños del Cine Salamanca, los Hermanos Martín Toral, les regalaran una finca que tenían enfrente del parque Infantil, finca que ahora está edificada, para hacer allí un jardín y en él pondrían las estatuas de los dos hermanos Antonio y Manolo, pero estos no cedieron y las conversaciones no cuajaron.
Con posterioridad, siendo alcalde José Miguel Palazuelo, consiguió de los herederos de los Martín Toral, que por clasificarle el Cine Salamanca y la finca enfrente de Parque infantil, como urbanizables, en compensación Marcelo Toral Pascua, heredero de sus primos Toral, cedió gratis al ayuntamiento la fábrica de Harinas, donde hoy está la oficina de Turismo y el Museo Citba, además de regalarle todo el terreno de la parte de atrás de la fábrica donde se construyó el parque infatil que ahora hay en él, y lo que todavia falta en dicho jardín es pintar las paredes con buenos grafitis, ya que es una pena que estén tan descascarilladas y feas, porque son muchos los niños que allí juegan bajo la vigilancia de sus padres.
Esto es lo que hubo de las gestiones que se realizaron para conseguir tanto el teatro, como la fábrica de harinas, ya que no hubo forma de que el Cine Salamanca pudiera quedar como tal, a pesar de lo precioso y grande que era y precisamente por lo grande. El parque que querían Antonio y Mari Nunci, se ha montado en otro sitio, gracias a la generosidad y bañezanismo de nuestro siempre recordado Conrado Blanco González, el mayor mecenas que ha tenido la ciudad en su historia.

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