lunes, 9 de marzo de 2015

Un alcalde de los años 50 Inocencio Santos Vidales

Don Inocencio Santos, como se le conocía, fue tres veces alcalde de nuestra ciudad, la primera vez solo lo fue entre Octubre del 36 y diciembre del 37, yo entonces era un niño y aunque mi padre era el cabo de serenos, no tengo detalles de su actuación.
La segunda vez estuvo de alcalde desde junio de 1946 hasta mediados de 1950, y en esta ocasión su mandato fue muy bueno para la ciudad, ya que no solo finalizó las obras de la traida del agua, sino que durante su mandato, los serenos y los policias tenían que estar en sus puestos todo el tiempo que les tocara, pues era un hombre que lo mismo podía salir a ver como funcionaban, de noche, de madrugada o al medio día o media tarde.
Era almacenista de alubias y patatas, y vivió donde hoy está la empresa de vinos y refrescos Hierga. Pero su dedicación a la alcaldía no solo era plena, sino que tenía muchísimo valor, ya que los alcaldes vivian de sus negocios o trabajos, no cobraban por ser alcaldes, y Don Inocencio era un hombre que estaba las veinticuatro horas del día ejerciendo la alcaldía.
Inauguró las aguas en el mes de fecbrero de 1948, fotografía que está en la colección de El Adelanto, y además al año siguiente inauguró el centro de salud, y vino a inaugurarlo el Doctor Palanca, que era director general entonces de salud, y fue un acto muy numeroso porque los discursos se hicieron desde la ventana del edificio y la calle estaba abarrotada de gente. Durante esos cuatro años, la prevención, como se decía entonces, que era donde estaba la policía, donde hoy trabajan el arquitecto y el aparejador en el edificio del ayuntamiento, también servía para que las noches de los sábados y domingos, la gente que se emborrachaba por costumbre o armaba algún alboroto, era internada en una de las habitaciones durante toda la noche del sábado y no salían hasta la madrugada del lunes, para que no crearan problemas a los demás vecinos.
Para recaudar dinero, para que la comisión de Fiestas programara los actos de la patrona, el ayuntamiento cobraba un recibo a todos los comercios, bares, cafeterias, industrias, que además la cantidad era marcada por el municipio, y los dueños que se negaban a pagar el recibo, porque les parecía caro, se encontraban al día siguiente con el alguacil, Santiago González, que les entregaba una multa por el doble del valor del recibo de las fiestas, por no  haber cerrado a tiempo, y si el dueño iba al ayuntamiento y pagaba el coste del recibo, Don Inocencio le quitaba la multa, pero la gente pagaba sin rechistar.
También hay que decir que el seminario se hizo porque Don Inocencio, apoyado por Don Angel Riesco, que fue el verdadero ideador de que se hiciera aquí un seminario menor, puso todo su esfuerzo en que se realizara esta obra, que volvió a coger fuerza cuando Don Inocencio Santos volvió a la alcaldía en el año 1958 en septiembre y cuando dejó la alcaldía en manos de Julio Antonio Otero Gutiérrez en los finales de 1960, las obras del seminario estaban ya muy avanzadas. porque la prueba está en que se inauguraron en el año 1962, siendo alcalde, Banigno Isla García.
Por todo ello es lógico que aunque yo todavía no me dedicaba a la escritura para prensa ni radio, lo hice tres años después, ya escribía de fútbol en El Adelanto, puesto que era el Cronista Deportivo de nuestro más antiguo y duradero periódico, en cuanto al deporte se refería, no puedo dejar de hacer una pequeña semblanza de uno de los hombres de nuestra ciudad, que fue alcalde tres veces, pero también supo dejar pruebas de su buen hacer durante los más de ocho años, en tres periodos, como alcalde de nuestra ciudad. Un alcalde que supo trabajar por La Bañeza exclusivamente por amor a ella, ya que entonces no tenían asignación de sueldo, salvo los viajes, si tenían que realizar cosas en beneficio de la ciudad que gobernaban.

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