Despedida a una mujer trabajadora y buena

Josefa Pérez Ugidos
José Cruz Cabo
Pepina como todos los bañezanos y la mayoría de la comarca la conocía, porque fueron muchos años detras del mostrador, del comercio El Cielo, se queda sin el angel mas emblemático de su vida comercial. Pepina fue una mujer que supo trabajar, ayudar a los que no tenían y demostrar con su afabilidad y sencillez, que la vida podía ser agradable a pesar de los momentos tristes que la misma tiene. Porque tuvo que ver morir a una hija, después a un yerno y luego a su esposo y siempre atenta y cordial con todos los que iban a su tienda y con todos los que eran amigos de ella y su familia.
Hacía tiempo que no la veía por la calle y la última vez que la vi, la llevaba su hija en una silla de ruedas y no pude hablar con ella como hacía otras muchas veces, ya que siempre que me veía mientras pudo andar, me decía que su padrino había sido mi abuelo Pepe El Sastre y por eso a ella le habían puesto Josefa.
Hablar con Pepina era una alegría, ya que salia a flote su innata bondad, su alegría y sobre todo su afecto hacia los que con ella conversaban en la calle o en su comercio, donde tantos años estuvo.
Ella mientras pudo estuvo detrás del mostrador, pues aunque su hija y los nietos no la dejaban  hacer nada, ella sin su comercio no podía vivir, ya que en él trabajó toda su vida, siempre al pie de su esposo Félix Ramos, y como todas las mujeres de su generación, llevando la casa, criando a sus dos hijas una de ellas fallecida en plena juventud, trabajando en el comercio donde Felix y Pepina supieron atraer a la mayor parte de la ciudad y a muchísimos parroquianos de la comarca y fuera de ella. 
Te voy a echar mucho de menos querida amiga, pero estoy seguro que donde estés, llevarás la alegría y la bondad que te acompañó toda tu vida.