jueves, 1 de diciembre de 2016

Laureano Alonso, primer presidente de Cáritas


José Cruz Cabo
Corría el año 1961, y se acababa de celebrar, en el Colegio de las Hermanas Carmelitas, un cursillo interno de Cristiandad, durante tres dias estuvimos comiendo y durmiendo en el Colegio de las Carmelitas unos cincuenta hombres y escuchando los rollos, así se les llamaba a las conferencias, hasta que al tercer día por la tarde nos mandaban para casa y se formaban grupos de seis o siete cursillistas que a su vez se reunían en un equipo que se juntaban una vez a la semana. 
A la ciudad comenzaron a venir transeúntes pidiendo limosna y entonces don Francisco Viloria  Morán, párroco de El Salvador, me comentó un día en la oficina parroquial, que como se podía atender a estos transeúntes y a las personas que iban a su casa a pedir ayuda. Lo comenté en mi equipo, que nos reuníamos en casa de Laureano Alonso y se acordó formar este grupo para visuitar las casas de los que pudieran necesitar ayudas y atender a los transeuntes. Se acordó que el presidente fuera el abogado Laureano Alonso y Diez Canseco, el tesorero, Laureano Pérez Linacero, el secretario yo y los ayudantes o vocales Eutimio Gutiérrez y otras dos personas que pasados unos meses se marcharon de la ciudad, uno era teniente de la Guardia civil y el otro empleado del juzgado.
Así comenzó su andadura Cáritas interparroquial, se acordó que a los transeúntes se les daría comida y cama y al dia siguiente se les sacaba un billete de tren para Astorga o Benavente, según decidieran. Para las personas de la ciudad se iba a visitar sus casas y procurábamos enterarnos de sus necesidades verdaderas y de acuerdo con ello se le ayudaba, con vales de comida o con accesorios para la casa incluidas camas.
Pasados unos cuatro años Cáritas pasó a la casa de Acción Católica, donde puso sus oficinas y se cambió la directiva, pasando a ser Presidente de Cáritas, Francisco Moreno y yo seguí unos años como secretario. Entonces había una reunión semanal y estaban en la directiva Bernardino Ramos, Julio Valderas Arconada y otros que no recuerdo, entonces ya se comenzaron a redactar actas de las reuniones. Yo comencé a ser corresponsal de Prensa y Radio y ya no tenía tiempo para hacer de secretario, porque después de mi profesión de tipógrafo, tenía que redactar las noticias para enviar por teléfono o el coche de Ramos si era para el Diario de León y después de unos pocos años se volvió a cambiar de directiva y a partir de aquí yo seguí de socio de Cáritas, pero ya solo daba las noticias que me daban las siguientes directivas.
Estos recuerdos solo quieren dejar constancia de los trabajos de mucha gente que trabajó por mejorar la ciudad y fue el germen de lo que hoy es Cáritas Interparroquial, que tiene casa propia y sus oficinas en ella, en la calle de Maria Zapata y está mas encima de los necesitados de todo tipo de  nuestra ciudad y comarca, bien apoyada por la Fundación Conrado Blanco y otras entidades.

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