viernes, 20 de enero de 2017

Los concursos literarios para niños


José Cruz Cabo
A propósito de que la Cofradía de San Antón convoca todos los años un concurso de cuentos sobre los animales, entre los niños y niñas de los colegios de nuestra ciudad, que este año ha estado abierto a otros colegios de la zona, sería bueno que algún comercio volviera a revivir el concurso de cartas a los Reyes Magos, que tuvo varios años mucha aceptación y que desapareció porque el comercio que lo patrocinó también cerró.
Nadie quiso seguir este concurso a pesar de que se le propuso a algún comercio y es una pena que so siguiera, porque yo que he estado en los jurados del desaparecido concurso como ahora lo estoy en el de San Antón, se el valor que tienen estos concursos, no solo para los pequeños, sino porque tanto su inventiva prodigiosa en muchos casos, como los dibujos  con que adornan el trabajo, son dignos de exponer y de que los bañezanos vean que en los colegios de la ciudad y comarca, hay verdaderos artistas, tanto escribiendo como pintando y la mejor preparación para ellos, sobre todo para provocarles su inventiva, son estos concursos, ya que en ellos se ve con mucha claridad lo que los niños y niñas quieren, lo que piensan de la vida y sobre todo lo que pueden llegar a ser el día de mañana, pues en sus trabajos, algunos verdaderas maravillas, tanto de pintura como de escritura, se puede  uno deleitar con las formas de redactar, pero sobre todo de contar y pintar las cosas.

jueves, 19 de enero de 2017

Desayuno con…llamaradas y celadas‏

Félix Asensio
Ha transcurrido casi un año del triste suceso, llamaradas incluidas, que amenazaron con la destrucción de nuestra mítica calle del Reloj. A punto estuvo de extinguirse un espacio intergeneracional que pertenece a todos los bañezanos y lugareños. Espacios como desde el que les hablo hoy, entre otros, estuvieron en grave peligro. No puedo evitar que se me aparezca la imagen de nuestra querida calle convertida en humeantes montones de ruinas calcinadas. Sobre ellas, se agolpan los recuerdos, sentimientos y la historia de una parte de la ciudad.
Situación la descrita, que afortunadamente no se cumplió, quedando en un serio disgusto para las familias afectadas. No hubo daños personales, aunque si en sus negocios y viviendas. Daños físicos solucionables, pero no pueden olvidarse los valores inmateriales, especialmente los recuerdos y objetos que nunca podrán reponerse. Pudo ser más grave, sin la intervención generada por esos voluntarios valientes de nuestra ciudad. Ellos, dotados casi con una regadera, permítanme la ironía, aguantaron las llamas, hasta la llegada de los bomberos profesionales de la capital.
La sensación que anidó en muchos de nosotros después del siniestro fin de año, mezclaba la indignación con el sentimiento de abandono histórico, la irresponsabilidad con la desidia, la torpeza con la incapacidad, de aquellos que debieran haber activado servicios públicos más próximos a los ciudadanos que lo pagan y mantienen con sus impuestos. Algo tendrá que ver sin duda la capacidad de la población de alzar la voz para reclamar lo que en justicia les corresponde. No soy demasiado optimista, aún guardo la foto de nuestra plaza mayor en la que se había convocado a los vecinos de nuestra ciudad y comarca para apoyar una petición popular del parque de bomberos profesional. Nunca creí que nuestra plaza fuera tan grande y que tuviera tantos metros de baldosa…, vacía.
Cuando hablo de abandono histórico, me estoy refiriendo, claro está, a los ínclitos pensantes y actuantes de la Diputación, por cierto, administradores que nunca fueron elegidos por sufragio. Pensantes o técnicos situados a dedo por el mandamás de turno. Ahora parece que han decidido todo un plan sobre la instalación de parques profesionales de bomberos en los territorios de una provincia casi siempre olvidada. Cuando uno lee lo publicado por tan ilustre institución lo primero que se le ocurre es: “para este viaje no hacían falta alforjas”. Si como viene diciendo nuestro amigo Antonio-Odón Alonso, hubieran utilizado el compás, otro sería el resultado. Es más, incluso les sugiero el uso del cartabón y que sobre un mapa de los territorios simulen un triángulo, ya saben el de los dos catetos y una hipotenusa. Pues bien, si hubieran sido capaces de dibujar esta conocida figura geométrica, concretamente la que se conoce como triangulo escaleno, por tener los tres lados desiguales ya hubieran empezado a trazar una solución razonable.
Si además hubieran colocado los tres vértices sobre los tres puntos que bordean las comarcas cuyas capitales son Astorga, La Bañeza y Santa María del Páramo, habrían empezado a poner cordura y justicia en la solución. El día que les toco la clase de geometría en el cole, ustedes estaban enfermos y eso se nota. El lado más corto del triángulo imaginario, es el que está entre Santa María y La Bañeza. Entre ambas comarcas doblan largamente en poblaciones y habitantes a la despoblada comarca de Astorga.
Parecía fácil la solución, y sobre todo rápida. Ni lo uno ni lo otro. Ha sido tal el desprecio demostrado al sentido común, a la inteligencia, a los elementos medibles como: tiempo de respuesta, densidad demográfica, numero de poblaciones, y tantas otras que solo puede entenderse la decisión de los hombres del Sr.  Martínez malo, perdón Sr. Martínez Majo, como algo relacionado con un manifiesto contenido ideológico envuelto, eso sí, en papel de regalo, de color azul por supuesto.
Lo que los hombres sabios y adoctrinados del Sr. Martínez Majo, han decidido, no podrán sostenerlo en los datos objetivos, y no resistirían el más liviano análisis fundado en el rigor. Tiene muy poco que ver con criterios contrastables y medibles, respetuosos con los ciudadanos de una parte del territorio. Su decisión se acerca peligrosamente a un hecho que inevitablemente será entendido por los vecinos una vez más olvidados,como toda una gran celada y no de la vega precisamente… buenos y bañezanos días.
PD: léase celada como “engaño o fraude dispuesto con artificio o disimulo” según definición del DLE (diccionario de la lengua española) en su acepción 2ª

jueves, 12 de enero de 2017

CARTEROS DE ENTONCES -1940-1970



        Por Landelino Franco Fernández
         Cronista Oficial del Ayuntamiento de Villamontán

  No son demasiadas  las noticias que aparecen publicadas sobre las Administraciones urbanas de  correos y carterías rurales  como  el Monumento al Cartero en Baracaldo; otros en Cazorla y  en  la tinerfeña Anagra. La Bañeza goza de una calle de los Carteros con  su acogedora plaza en Dr. Palanca. El  añejo Buzón  en  piedra de Mayorga de Campos con la fecha de 1762 parece ser el recuerdo mas antiguo   del inicio en 1716 del Servicio de Correos en España.       

  Motivos sobrados hay para un  reconocimiento de un Cuerpo tan benemérito y eficiente por  por su entrega  y  profesionalidad.
  
  Hasta el 2015  dependían  del Servicio Postal Universal .En la actualidad  del SPEE,  atendiendo más a  la  optimización logística más que a los límites provinciales
      
      Sin olvidar a los actuales funcionarios urbanos  de Correos que desempeñan su meritoria labor en medio de las dificultades administrativas actuales, incidiré en aquellos carteros de las décadas del  1940 al 70.  Tuvo su  sede En la calle  del Comercio  primero , y  posteriormente en la calle del  Dr.Palanca  donde  permanece aún el vetusto edificio  de aquellos tiempos como sede central de los servicios de Correos  de la Bañeza y sus carterías rurales  . Allí se presentaban a las 8  de la mañana  todos los carteros  para clasificar y distribuir la correspondencia por  cada  sección . Previamente a las 6 de la mañana un cartero por turno,al,igual que a las 6 de la tarde, entregaba y recogía las sacas de los trenes .
   Cada cartero  partía  para  el reparto  lloviera ,nevara, hiciera calor o fría,barro o  hielo en aquellas  carreteras no asfaltadas,y  las calles bacheadas de los pueblos. Por los años 40 se hacía a pié  ,con la valija al hombro,  que sería  causa de muchos traumatismos  de espalda. Algunos privilegiados disponían de una caballería.  y de   la bicicleta,llevando colgada  en  el portabultos la valija, que era    muy apetecida por los perros ,lo misma que las  piernas  del cartero, provocando  a veces caídas no deseadas.  

  El cartero era  esperado con  ilusión como fuente de de noticias recientes , o como posible portador del esperado envío de dinero del familiar desde América,   de la emigración europea o  del   interior de España  Doloroso servicio era la entrega  de telegramas comunicando defunciones  o  graves  enfermedades de familiares. . Compensaba al   anunciarle  gozosos acontecimientos,.

 Tiempos aquellos cuando  aún no había callejero donde cartero tenía que saberse los   nombres,apellidos y motes de cada vecino; conocer  la costumbres ,horarios, idiosincracias de cada uno de los habitantes  y hasta los chismorreos  del momento.. Sabiduría práctica la suya, buena para el desempeño puntual del servicio. 
   En  La Bañeza tenía que pasar por farmacias, pescaderías, carnicerías y otros  comercios para  hacer  los encargos  que  llevaba de  vecinos apremiamos por la necesidad  .. Servicio  impagable  recompensado a veces  con sencillas  propinas.

      En los inicios l la distribución del correo se hacía todos.los días de la semana,incluyendo  sábados y domingos. Posteriormente  los domingo  se reservaban  para el servicio de urgencias, telegramas y  periódicos,hasta la supresión definitiva hacia el año 1.9 con  harto disgusto de algunos destinatarios de  laprensa. 
  El horario de trabajo era el necesario hasta  cumplir  el servicio diario. Luego a trabajar en  labores del campo   o  en otros trabajos complementarios ,porque de sólo el sueldo de   correos era difícil vivir. Sirva como muestra saber  que en el año 1.970 los carteros urbanos ganaban mensualmente 45.000 pts. (270.€) , y 7.500 pts (50--€) los rurales . Todos disfrutaban de S.S,pero  no de vacaciones.                                                                                                                           

  En la autonomía Castilla-León  existen actualmente 798 carteros rurales y 785  los urbanos,  con tendencia a reducirse debido  a  las nuevas reformas .

   Va desapareciendo de los pueblos  la figura clásica del secretario, maestro,médico y sacerdote.  Pero el cartero sigue llegando puntualmente.Bien se merecen un Homenaje.

La foto 2 con ciclomotor es ATANASIO FRANCOI CADIERNO, Cartero de Villamontán. Va repetida.

La foto 1     es ANTONIO FALAGÁN, cartero de Miñambresen bicicleta.

cedida por justo carracedo

Festejos patronales en 1908


José Cruz Cabo
Ha caido en mis manos, la copia de un programa de las fiestas patronales de nuestra ciudad, del año 1908, en el que se puede leer, “Grandes y variados Festejos en La Bañeza, los días 15, 16 y 17 de agosto. de 1908”,
Sigue diciendo que son en Honor de la Asunción de Nuestra Señora, Patrona de La Bañeza, que organizados por la juventud de esta ciudad, con la cooperación del Municipio y Vecindario, tendrán lugar los dias 15, 16, y 17 de agosto de 1908.
Los festejos del primer dia fueron los siguientes: Al descubrimiento de las lápidas, D. Nicolas Arias Majo, repartirá cien libras de pan superior entre otros tantos pobres.
Los señores que deseen tomar parte en las Carreras de Cintas, pueden pasar por casa de Don Conrado Blanco a suscribirse, pervio pago de tres pesetas cada uno.
La Comisión entregará al Sr. CuraPárroco cien bonos por valor de un cuarto de kilo de carne, cada uno, para que los distribuya entre otros tantos pobres de esta localidad.
El dia 15, a las diez, Misa Solemne en la iglesia de Santa Maria. A las doce, disparo  de multitud de voladores y bombas reales, elevación de globos y figuras grotescas.
La brillante banda municipal amenizará el paseo en la Plaza Mayor con una bonita audición musical. Las célebres dulzainas de la población recorrerán las calles con los gigantes y cabezudos. Por la tarde, bailes populares en la Plaza Mayor y Barrio de Bueyes, hoy Calle de Fray Diego Alonso. A las nueve de la noche magnífica sesión de fuegos ,artificiales a cargo del bañezano Eusebio González. La banda de música que tantos triunfos ha conseguido ejecutará un escogido repertorio.
Siguen los festejos los días 16 y 17, pero no se habla para nada de San Roque, Nos gustaría saber cuándo el ayuntamiento lo hizo patrono de la ciudad y cuándo fue el primer año que se convirtió en patrono de La Bañeza y a quien se le ocurrió la idea.
Desde que yo tengo la mente en las cosas de la ciudad, que se alarga al año 43, nunca he podido saber por qué motivo se hizo a San Roque Patrono de la ciudad, aunque yo tengo para mí que ya en los años cuarenta era patrono de la ciudad. ¿Sería al final de la guerra? Alguien podrá sacarnos del embrollo.

101.-De Comedias y comediantes.

El origen del teatro en España gira en torno a dos fiestas religiosas: Navidad y Pascua de Resurrección. Al final de las ceremonias sacras solían interpretarse junto al altar algunas escenas de la vida de Jesús. Poco a poco van introduciéndose en ellas elementos profanos ajenos a la religión, convirtiéndose en verdaderas actuaciones teatrales que pasan a ofrecerse en los atrios de las iglesias. Finalmente los elementos profanos superan a los religiosos y el teatro se convierte en un espectáculo para el pueblo, representándose ya en las plazas públicas
Es muy probable que la actividad y la afición a las representaciones teatrales, a las comedias, que desde tiempo inmemorial se viene dando en nuestro pueblo, Jiménez de Jamuz, mantenida también en otros muchos lugares hasta tiempos no muy lejanos, provenga en parte de su cercanía a La Bañeza y de la imitación de las religiosas (autos, misterios, milagros o ejemplos) y de las profanas (farsas, juegos de escarnio o farándulas) que en esta villa, propiciadas por sus gremios y cofradías, ya se dieran desde la Edad Media, como sucedía el 16 de agosto de 1629, cuando en las fechas de las fiestas patronales el célebre comediante y autor de comedias Roque de Figueroa estaba con su compañía en la localidad, donde se contrataba para ir desde aquí a representar a Medina de Rioseco, una más de las muchas ambulantes que en ella recalaban a lo largo de aquellas centurias.
Hasta los finales del siglo XVIII las comedias se prohibieron durante muchos periodos, lo que había generado el abandono y el deterioro de algunos teatros o casas de comedias. Tampoco veía la Iglesia por entonces con buenos ojos la celebración de comedias en nuestros pueblos, que sus párrocos entendían como actos de disipación y desenfreno, como muestra la afirmación que el de Nogarejas pone en 1893 en boca de la condesa de Lerma, madre del duque de Uceda, señor de la jurisdicción de Castrocalbón y Nogarejas, de “preferir que la saquen muerta de las asistencias de una cocina, que del patio de las comedias…”.
Como reseñaban las publicaciones bañezanas y las provinciales, se daban veladas y funciones teatrales también en otros pueblos del contorno y de toda la provincia, pero en el nuestro llegaron a adquirir naturaleza de arraigada costumbre y carta de presencia imprescindible en las señaladas fechas de Santo Toribio y del domingo y el lunes de Pascua, en cuyas tardes se representaban las Comedias en la plaza mayor, improvisado foro presidido por un gran escenario previamente preparado y coronado por la enseña nacional que ondeaba en lo alto del más enhiesto chopo, cortado y traído para la ocasión de nuestros campos, testigo de los aplausos que el plantel de aficionados actores y actrices solía cosechar de las multitudes que desde la cercana villa y los pueblos comarcanos se desplazaban para presenciar los esperados dramas que allí se escenificaban. Alguna vez el drama sucedió fuera de las tablas, como cuando en 1890 “se armó la gorda”: se representaba una comedia de capa y espada y recalaron por la plaza un grupo de bañezanos con ánimo de burlarse de los comediantes, así que los cómicos saltaron del tablado armas en ristre y se organizó allí la de tirios y troyanos, que terminó cuando los corridos visitantes hubieron de cruzar el río Jamuz despavoridos, y no por el puente de madera que entonces lo franqueaba.
De aquella representación en la Plaza Mayor (de la Constitución), que no se concluyó, y de los sucesos en ella desatados, en los que participó medio pueblo de Jiménez (y no lo hizo la Guardia
Civil desplazada para la ocasión porque un arriesgado jiminiego sujetó las riendas de sus caballos impidiéndoselo) tenemos además la versión del abogado bañezano Gaspar Julio Pérez Alonso (que firma Zascandíl; ambas versiones serían sin duda interesadas y parciales) en su sección “Carta de La Bañeza” del periódico leonés El Alcázar del 27 de abril de aquel año, según la cual “en el escenario, como en patíbulo, habrían ejecutado los actores al autor del comedión y lucido sus habilidades tanto de interpretación como de filología y las maravillas de su indumentaria (soldados romanos con fusiles modernos y vestidos como la caballería española, a cuyo cuerpo debieron de pertenecer los “melitares” que actuaban y del que conservaban los uniformes), y bajando del tablero un comediante comenzó a repartir cachetes y puñadas a diestro y siniestro, suspendiéndose la continuación de la comedia y viéndose acometidos los bañezanos, que a su vez acometieron dignamente dando y recibiendo estacazos y contribuyendo a la momentánea dispersión de los jiminiegos, que repuestos la emprendieron a pedradas, volando sillas y bancos y convirtiendo la plaza en un campo de batalla semejante al de Agramante. En fin, se armó un tiberio monumental. Y menos mal que la entrada fue gratis, aunque así y todo, seguro que si el autor ve en Jiménez su obra reniega de escribirla o empieza a sablazos contra los cómicos y los echa del tablero”.
Grupo de teatro aficionado de Santa María del Páramo. 1927
Durante los años transcurridos entre el final del siglo XIX y los inicios del XX se continuaron representando en nuestro pueblo mas “cumedias”, como decían los naturales del lugar (aunque a veces son dramáticas / y, no pocas sainetescas), en una tradición mantenida y realizada por gentes de aldea, cómicos que el arado dejaron / la tarde anterior, y vuelven / a la mañana siguiente / a encorvarse con la esteva, por bravos amigos del arte / a los que jamás arredra / representar cualquier obra, como dirá Nicolás Benavides Moro en el poema de igual título incluido en su libro de 1920 Por mi tierra de León, quien les recomienda que si alguien ríe vuestras frases / y vuestras obras comenta / con sorna, no le hagáis caso / y continuad con firmeza / la pintoresca costumbre / de representar “cumedias”, / que más vale que los hombres / se honren en estas empresas / que se estén degenerando / metidos en la taberna.
Por entonces, en mayo de 1916 desde el semanario bañezano La Crónica se clama contra las perjudiciales comedias pueblerinas y se pide a los maestros, sacerdotes y autoridades “que aconsejen y aún ordenen que se destierren las representadas en esos pueblos de Dios que toman el teatro como cartelón de coplas de ciegos y cuyos actores son gente inculta que no tratan más que de mostrar ellos como manejan el trabuco y llevan un cuchillo al cinto, y de salir a escena las mujeres con sombreros y cintajos ridículos, comediantes que cultivan obras tontas y fatales para su desgracia y que han de aprenderse de memoria párrafos kilométricos, a lo que han de dedicar varias
horas diarias que podían emplear para instruirse un poco, y así seguramente dejarían de darse las batallas campales que con frecuencia se vienen sucediendo entre los pueblos en los que esta clase de comedias y tragedias horripilantes se representan una o varias veces en el año, sin más argumentos ni razones que el puñal y la pistola y de tan funestos resultados para los comediantes, a los que inducen y empujan a cometerlas con amigos y paisanos sin más motivo que la incultura y porque son de otro pueblo sus enemigos”.
El 31 de enero de 1926 un grupo de diletantes, dirigidos por José Marcos de Segovia, pone en escena en el bañezano Teatro Seoanez (de su orquesta era director Odón Alonso González) no una sino dos obras, como era la costumbre de la época: la primera el drama en verso de José Zorrilla El puñal del godo, seguida de la comedia lírica La chicharra, cuya interpretación fue insuperable, estando magníficos todos, ellas y ellos, Herminio Berciano Castro, Ramón Santos Prada, Francisco Miranda y Alfredo Fernández Falagán (que actuaba con frecuencia en otros grupos teatrales) entre estos.
Al remate de los años veinte del pasado siglo en numerosos pueblos leoneses se representaban comedias en plazas públicas todavía al estilo del teatro en los tiempos de Juan del Encina y Lope de Rueda, sin descanso en los entreactos para espectadores ni actores, pues en ellos cantaba el coro, oculto entre arpilleras y colchas que oficiaban de decorados y telones. En las comedias de capa y espada, las de mayor aceptación, no pueden faltar los sables y pistolones que hagan rodar por el escenario muchas víctimas (“comedia sin sables y sin víctimas es comedia perdida”), por eso se representa el Tenorio con tanto éxito y en casi todas las aldeas, sorteando incluso las dificultades de aprenderse los papeles de quienes no saben leer a fuerza de leérselos en alto los que saben, desde meses antes, después de los trabajos cotidianos (y del rosario) en las noches de ensayo, dirá en su Vendimiario Menas Alonso Llamas.
El 11 de enero de 1933 el que era director de La Opinión, Antonio Alonso González, estrenaba en aquel mismo teatro su obra Flor del Valle, “comedia en tres actos y en prosa ambientada en el sabor de nuestra tierra y en los detalles de nuestro vivir”, representada por aficionados que tienen la laudable pretensión de instituir con la recaudación obtenida varios premios para los niños pobres de las escuelas gratuitas; mejor interpretada por las actrices (Pilar y Antonia Casado, Pilar Valderas -hija de Augusto-, Lola Martín y Raquel Madroñero), pero buenos ellos también (incluido el autor-actor, Baudilio y Gonzalo Fernández Pérez, José Olegario y Emilio Fernández González, Nicolás Moro y Julio Valderas). Contenía el programa de la velada teatral una Sinfonía antes del estreno de la obra, a la que seguía el gracioso monólogo Una cocinera, a cargo de una de las actrices; otra entonará después, acompañada a la guitarra, unas canciones argentinas, tras lo que “un grupo de bellísimas señoritas cantará algunos coros de conocidísimas revistas o zarzuelas”.
Unos días después Alfredo Fernández Falagán publica en aquel mismo semanario una autocrítica a su obra de teatro María-Antonia, “drama vulgar en tres actos, en prosa”. En breve se estrenará, se dice el 21 de enero, lo que se hizo el día 25 en el Teatro Pérez Alonso, con excelente interpretación de las señoritas Toral, Acebes, Ferrero y Cubero, y de los jóvenes González, Martín, Cabo, Flórez y Berciano, además del veterano señor Sierra (con mención honorífica; debía de tratarse de Gregorio, padre de Eugenio y de Tomás). Siguió a la pieza principal la puesta en escena del dúo de zarzuela de costumbres leonesas El gaitero, en la que se lucieron Susana Acebes y Sierra, “que aún conserva buena voz, buen oído y mucha vis cómica”.
El 4 de abril de 1934 un grupo de jóvenes aficionados bañezanos llevaba al escenario del Teatro Pérez Alonso la comedia en tres actos Mamá (atribuida a Gregorio Martínez Sierra, aunque escrita en realidad por su esposa María Lejárraga), cuya recaudación era a beneficio del Colegio de Huérfanos de Telégrafos, como harían el día 16 en el Teatro Coyanza de Valencia de Don Juan (donde por entonces ejerce de Notario el bañezano Emilio de Mata Alonso), en una representación admirable en la que fueron aplaudidos todos los intérpretes, celebrándose después un brillante baile en el Casino. En el mismo teatro se estrenaba el domingo 10 de junio el nuevo drama en tres actos
del bañezano Alfredo Fernández Falagán titulado Bibiana, llevado a escena por aficionados, y el 24 de julio la corporación bañezana da las gracias al presidente del Cuadro Artístico Ferroviario de La Bañeza por su invitación a la función teatral que celebrarán al día siguiente.
Aquel Cuadro Artístico invita a finales de abril de 1935 al consistorio (que lo agradece) a la velada de teatro que en el Pérez Alonso realizaba el día 30 a beneficio del Hospital de la Vera Cruz y de Don Juan de Mansilla de la ciudad, agradecimiento que también les hará llegar el 9 de mayo a sus componentes desde El Adelanto José Marcos de Segovia en nombre de la cofradía que lo administra, artistas a los que dedica muchos aplausos y traslada efusivas gracias por la entrega que a sus fondos han hecho de las 86,60 pesetas recaudadas.
Conocemos por lo que El Adelanto noticia el 8 de abril de 1950 qué obras se representaban por aquellas fechas en algunos pueblos del contorno bañezano: en Genestacio, las mocedades pondrán en escena El soldado de San Marcial, y el mismo drama se verá en Villoria de Órbigo; en Miñambres, Sangre gemela y El rorro; Huerga de Garaballes se deleitará con El lindo Don Diego; en San Cristóbal de la Polantera se llevará a las tablas Un lance de honor. Guzmán el Bueno en el sitio de Tarifa; en Valcabado y Brime de Sog, La vida es sueño; y el elenco artístico de Fuente Encalada pondrá en Castrocalbón (donde también “se preparaban obras de teatro y se daban recitales”), El jorobado o el juramento de Lagardere.
Representación de La muerte civil, en Jiménez de Jamuz
En lo que toca a Jiménez de Jamuz, en 1952 ó 1953 se representa el drama Flor de un día, y en 1956 se repite la obra Caín y Abel; en 1957 ó 1958 se escenificó Magdalena, la mujer adúltera, y en el primero de estos años se llevaron a la escena dos obras, La muerte civil, en cinco actos, como interpretación secundaria, y la que era pieza principal, Embrujamiento (prácticamente el mismo elenco actuaba en la una y en la otra), puesta en el Cine Zurrón (que fue antes Cine Villa Alija, competencia de las salas bañezanas y a cuyas a veces anticipadas sesiones peregrinaban gentes de la ciudad en el atestado y achacoso coche de línea del señor Domingo, el que hacía el recorrido a Camarzana), no sin que hubieran primero de enfrentarse a la intransigencia del párroco del pueblo, que tachaba la obra (un éxito sin precedentes, por otra parte) de inmoral. Escenificada en La Bañeza por invitación del ayuntamiento, se llevó a Miñambres, donde el cura los increpó de comunistas y les impidió actuar, volviendo los comediantes al domingo siguiente con el permiso de los responsables de Información y Turismo (que lo concedieron con la condición de que no se permitiera ser vista por los niños), representándola por fin con enorme afluencia de público no solo de Miñambres (donde el sacerdote se quedó solo a la hora del dominical rosario) sino de toda la
Valduerna, igualmente bien acogida en Valdesandinas, y no tanto en Regueras por la oposición que entre la gente del pueblo también el párroco sembrara.
Ya en 1960 se prepara la representación de nuevo de El cuchillo de plata, drama en cinco actos y un prólogo que se lleva en el pueblo al escenario de la Plaza (a rebosar de público) y con el que después se gana por unanimidad del jurado compuesto por el general Nicolás Benavides Moro, José Marcos de Segovia, Alfredo Fernández Falagán y Jesús Toral Pascua el primer premio del Concurso de Comedias que en las fiestas patronales se celebra en La Bañeza, compitiendo en la recoleta Plaza de los Cacharros con las obras de los grupos de aficionados de Palacios de la Valduerna, Moscas del Páramo –“célebre durante muchos años por mantener el noble deporte de los aluches o lucha leonesa”, dirá el primero de los jurados en su crónica de entonces en El Adelanto Bañezano- y San Martín de Torres (que participaron respectivamente con las obras Don Juan de Serrallonga y Don Álvaro o la fuerza del sino).
Aquel torneo triangular de teatro al aire libre, como lo calificará en la misma publicación Marcelo Toral Castro (que lo contrapone a los seriales radiofónicos del momento, “de chinchorrerías de hospicio teatralizado, marqueses desaprensivos y mecanógrafas libertinas con las que el pueblo llora”, y que clama por modificar con urgencia el gusto estético de las gentes) se repitió en 1961 en el patio del Colegio La Bañeza, y allí volvieron a triunfar los aficionados jiminiegos con el drama histórico El Cardenal, representado antes en la localidad en el frontón de Serafín Argüello, y cuyo buen hacer en las tablas mereció que a finales de agosto fueran visitados en ella por un grupo de teatro universitario madrileño de los patrocinados por el ministerio de Información y Turismo, después de que la compañía ofreciera al público bañezano tres representaciones de su repertorio, todas con tan aplaudido y caluroso éxito como el que allí cosechó la extraordinaria y gratuita con la que antes de su regreso a la capital obsequiaron sus miembros a este lugar de entregados comediantes, cuyas gentes, “regocijadas y gozosas” (dirá el cronista, el citado Jesús Toral Pascua, cuando en agosto de 2007 lo narre en El Adelanto Bañezano) correspondieron al generoso gesto de los cómicos invitándolos (haciendo tiempo hasta la hora de abrir el telón en el escenario de la Plaza) a presenciar la elaboración de la alfarería local y a merendar en una bodega acompañados por el grupo de actores aficionados de Jiménez, y en ella (“santuario del buen yantar y mejor beber”) el trasiego de viandas y vino de la tierra y los repetidos viajes a la cuba a punto estuvieron de entorpecer en algo el triunfo y los aplausos así y todo conseguidos, aunque obligado se les hizo a los intérpretes madrileños pernoctar en el pueblo aquella noche al amparo de la hospitalidad de sus vecinos, “pues también el conductor del autobús había caído en la trampa de la espita”. El grupo teatral universitario visitante se llamaba La Barca, y “tenía por objetivo fundamental desplazarse a cualquier ignorado pueblo y despertar la conciencia cultural a través del teatro, algo similar a la labor pedagógica que realizara La Barraca lorquiana”, de la que parecía ser trasunto, y de la que ahora, y de su filosofía y planteamientos y hasta del nombre con escaso disimulo, se apropiaba el mismo régimen que antaño había asesinado al poeta que era su alma mater.

100.-La huelga general contra la Azucarera Bañezana en junio de 1933 y sus efectos.- (y 4)

Por entonces se hacía preciso que desde la delegación provincial de Trabajo se recuerde mediante circular la vigencia del decreto de 28 de abril de 1931 para la contratación de obreros agrícolas del propio término en el que se realizan las faenas, legislación que los Agrarios pretendieron derogar mediado julio por la proposición parlamentaria que se les desechó, cuando había en Fabero 150 obreros en huelga por no haber alcanzado un acuerdo sobre el abono de los jornales percibidos durante el periodo de vacaciones (desde noviembre de 1931 la Ley de contratos de trabajo del ministerio de Largo Caballero establecía 7 días pagados por año). El frustrado intento (por ahora; el 30 de septiembre se materializaría en parte) de suprimir o retoca
r la Ley de términos municipales debió de generar que se aplicara con mayor celo, pues a la altura del 19 de agosto en la provincia de Madrid se habían impuesto a propietarios agrícolas de unos 22 pueblos multas por importe de 300.000 pesetas por tener contratados para la recolección segadores gallegos, junto con los portugueses, ambos por ínfimos salarios, los mayores perjudicados por aquella legislación que al igual que las Bases de Trabajo abundantemente se incumplía aquellos años y contra la que dirigirían en 1934 y 1935 su revanchismo los patronos.
Desde final de junio y durante todo julio se produce una notable avalancha de peticiones de vecindad por parte de numerosos residentes bañezanos, al amparo de las disposiciones municipales que la regulan y motivadas por lo necesario que resulta ostentarla a quienes pretenden trabajar, da-das las prioridades pactadas después de la huelga general para acceder en La Bañeza a los empleos (primero los vecinos, luego los residentes, y por último los demás domiciliados), tan escasos en general y también en la provincia leonesa, en cuya capital ya al inicio de mayo se establecía una Junta formada por el gobernador, alcalde, presidentes de las dos Federaciones Obreras (de adscripción socialista y comunista la una y anarquista la otra), e ingeniero jefe de Obras Publicas para activar toda clase de construcción que pueda poner fin al paro obrero, y se instituía el “día del parado”, en el que cada obrero activo depositará el importe de un día de trabajo destinado a los que se hallan sin él, tan abundantes como para que en aquellos tiempos en los que desde el crack de 1929 la in-migración, limitada y sujeta a contingentes, venía siendo mucho más de regreso que de ida, el ministerio de Estado envíe al Ayuntamiento bañezano (a su petición seguramente, y urgido por quienes aún pudieran ver en la emigración la solución al paro) las disposiciones que regulan la entrada de emigrantes en Inglaterra, como poco antes había remitido las que lo hacían para Colombia, y haría al inicio de diciembre con las establecidas para Francia, después de que a mitad de octubre enviara el entonces reciente Decreto sobre inmigrantes pobres, a los que el Estado facilita emigrar abonándoles el pasaje, que después han de reintegrar.A la mitad de julio se manifestaban en La Bañeza quejas sobre el funcionamiento de la Bolsa de Trabajo (no se dan de baja en ella algunos de los que hallan empleo, y otros se apuntan en la Casa del Pueblo en lugar de hacerlo en el Ayuntamiento), y se acuerda que se encargue de la misma el auxiliar de la secretaría Manuel González González.
También según lo pactado en la solución de la última huelga (de la construcción), se presenta a la Corporación a primeros de agosto el dictamen del arquitecto municipal clasificando a los albañiles que trabajan en las obras de las escuelas a efecto de adjudicarles los salarios. Se les realiza una prueba, y según ella son oficiales de primera (“el que levante ladrillo,..” establece el pacto) Cayetano González Lorenzo, Alejandro Plaza Fernández y otros. Dada la vaguedad con la que las bases acordadas califican a los oficiales de segunda, se considera acertado para aquellos el salario de 10 pesetas por jornada. Se aprueba por mayoría la propuesta, con los votos de los concejales socia-listas y el alcalde.

100.-La huelga general contra la Azucarera Bañezana en junio de 1933 y sus efectos.-(3)

foto: Ángel González González, concejal socialista y primer teniente de alcalde

En el transcurso de la huelga, comunicaba el día 1 de junio el alcalde bañezano al Jefe de línea de la Guardia Civil “rogándole retire de la vista del público la fuerza de su mando que presta servicio de vigilancia en la fábrica azucarera, sin perjuicio de tenerla en prevención en aquel lugar en previsión de cualquier ataque que se pudiera producir a la misma”. En la tarde de aquella fecha se desplazaría el gobernador civil a La Bañeza, acompañado de su secretario particular (el bañezano Anesio García Garrido), del presidente de los Jurados Mixtos del gremio de la Construcción y del agente de la Brigada Social señor Muñiz, para solucionar la huelga, aún activa, “ya que los huelguistas no cumplieron la promesa que ayer le hicieron de reintegrarse al trabajo esta mañana”, decía El Diario de León, que informaba el día 2 de que “ayer tarde, tras laboriosa gestión desde las tres hasta las dos y media de la mañana, quedó terminada la huelga en La Bañeza al aceptar patronos y trabajadores la fórmula propuesta por el gobernador. Por la mañana de hoy se han integrado al trabajo todos los obreros”.
Sobre aquellos días nos contaría Gabriel González González que “no hubo altercados ni daños, solamente que vino la Guardia de Asalto, y algunos comercios y bancos quisieron abrir, y el capitán de Asalto los visitó obligándoles a echar el cierre, y les dijo: ‘¿Qué quieren ustedes, que corra la sangre?...”. Cuando en febrero de 1934 los munícipes debatan sobre la construcción de una casa-cuartel para la Guardia Civil en La Bañeza, los concejales de la minoría socialista, que se oponen, dirán que “la fuerza que vino cuando la huelga de junio de 1933 pudo causar un día de luto, y debe conocerse quién ordenó que viniese”.
*****
Aquellas huelgas o paros parciales de la segunda quincena de mayo que derivaron en la general de los últimos días del mes tuvieron posteriores consecuencias, además de que el Consistorio abonara horas extraordinarias a los policías municipales por su trabajo en aquellas fechas, la cena del gobernador y cuatro señores más que lo acompañaron con motivo de la huelga (de 47,75 pesetas; del cubierto de Bernardo Cantón no se hizo cargo), y a Fernando Delgado Fernández 250 camas (pernoctas) que la Guardia Civil realizó entonces:
El 2 de junio la delegación provincial de Trabajo reclamaba del alcalde el pertinente interrogatorio estadístico de la última huelga; los días 9 y 12 se pedía del juzgado de Instrucción informe
de conducta y certificación de la contribución que paga Eugenio Sierra Fernández (trámites que acompañaban siempre al de encausamiento judicial, que ahora sufría como director del semanario socialista local Avance por desacato y por infringir desde el mismo la Ley de prensa, seguramente por cuestiones relacionadas con aquellas movilizaciones), y se citaba el 13 a Fernando Alba Flórez para comparecer a juicio el 19.
En el pleno municipal del día 14 se abonan jornales a obreros del ramo de la construcción colocados en las canteras municipales en virtud del pacto con el que se resolvió la huelga general, a los que se acuerda emplear por el Ayuntamiento en obras municipales (aceras, arreglo de calles,…), y mientras aquél carezca de trabajos emprendidos requerir a los patronos a que cumplan estricta-mente también ellos aquel pacto firmado ante el gobernador civil, estudiando la corporación entre tanto los que se puedan realizar, como la reparación de la avenida Pablo Iglesias, de cuyo proyecto ya se ocupa el arquitecto municipal y que se acuerda emprender en el siguiente pleno “para emplear en ella al mayor número de obreros, ocupándose incluso de la extracción de la piedra y la grava de las canteras”, como también “emplear obreros para el riego de los árboles plantados este año en los planteles municipales”. La obligada reparación de las escuelas (cuya duración se prevé en 45 días) aminorará también el paro obrero en la ciudad, aunque la subasta de las obras quede desierta y hayan de emprenderse con urgencia y por administración a mitad de julio, cuando de la consignación presupuestaria de 27.000 pesetas para dar empleo a los parados aquel año ya se habían gastado 15.000.
Se participaba el mismo 14 de junio desde el Consistorio a los presidentes de la Sociedad de Labradores y de la Patronal “que busquen la posible manera de atender a la colocación de obreros al menos en número de tres cada una de ellas”, y el 15 se notifica sobre empleo en el ramo de construcción y se cita a reunirse el día siguiente a las 8 de la noche al presidente de la Patronal Bañezana y al maestro de obras Pablo Beaumont (asesor en ocasiones para las municipales) y 10 más. A todos ellos y al presidente de la Federación Local de Sociedades Obreras, además de otros 17 (entre ellos industriales como José Perandones Cabo y José Cabello Fernández, Melchor Quiñones, y Manuel Fernández Raigada) se les comunica el día 17 tener reunión el lunes 19 con el gobernador sobre ocupación de obreros. Después, el 21, la autoridad provincial urgía al Ayuntamiento a proceder a la mayor brevedad al arreglo de calles para proporcionar trabajo a los obreros parados y citaba para el día 26 a las 18 horas a Herminio Berciano Castro (de Sacaojos, docente –aunque sin titulación- represaliado también por el franquismo; firmaba unas veces H. B. y otras con su nombre sus colaboraciones en el semanario socialista astorgano El Combate), Tomás Valverde, Eugenio Sierra Fernández y Alejandro Plaza Fernández (de la Federación Local de Sociedades Obreras los dos últimos).
Varios comerciantes bañezanos denunciaban el 15 ante el delegado de Trabajo a otros tantos por abrir sus tiendas el día del Corpus Christi (festivo, a lo que parece), después de haberse citado a la alcaldía al presidente de La Caridad el día 12 para tratar sobre cierre y apertura de establecimientos (el de su cooperativa, por lo que hacía a esta asociación). Se notifica el 22 a un alto número de vecinos (28) para que cumplan las Bases de Trabajo en los ultramarinos (algunos de ellos eran Simón Anta García -sería represaliado económicamente en 1941 al aplicarle la Ley de responsabilidades políticas-, Marceliano Montiel, Emilio Alonso Ferrero, Baudilio Fernández, Robustiano Pollán, Toribio Santos Santos, Elías Tagarro, Herminio de Paz,…), y enteraban por entonces desde el Jura-do Mixto de Comercio General a los alcaldes del partido judicial de La Bañeza (y seguramente de toda la provincia) sobre los preceptos y derechos laborales que rigen el sector. A mitad de julio volvería a requerirse a cinco de aquellos comerciantes para que respeten las disposiciones sobre descanso dominical, y se enviará a la delegación de Trabajo denuncia de Tomás Miranda Gervasi contra Enrique García por transgredirlas. De nuevo se urgirá por su observancia desde aquel organismo provincial a primeros de octubre, dirigiendo un escrito a la alcaldía bañezana para que proceda enérgicamente contra las infracciones de aquella normativa que se cometen aún en la ciudad, que, representada accidentalmente entonces por Ángel González, manifiesta en el bando emitido que “será inexorable proponiendo las sanciones que sus incumplimientos exijan”.
Se imponía el 20 de junio a Eugenio de Mata Alonso, José Seoanez Romero y Tomás del Riego Natal multa de 25 pesetas por infracción de la Ley de términos municipales; desde el Sindicato de Trabajadores de la Tierra denunciaba su presidente el 2 de julio a cuatro patronos agrícolas (Miguel Fuertes Valderrey, de la Sociedad de Labradores, y Ramón Sevilla, de la Asociación de Agricultores de La Bañeza y su Región, entre ellos), y el día 5 del mismo mes despachaba la delegación provincial de Trabajo una circular sobre la vigencia de aquella Ley, cuyo incumplimiento (en especial por la Azucarera Bañezana) había estado en el origen de los paros y la huelga, tras los que se reforzó la importancia de las Bases de Trabajo y su acatamiento, como denotaría que se enviara el día 4 desde el Consistorio bañezano a los alcaldes del partido, al presidente de la Patronal, al del Sindicato de Trabajadores de la Tierra, y al de la Sociedad de Labradores, copia del telegrama del delegado de Trabajo sobre las Bases de trabajos del campo; que se crearan a la altura del 21 de julio comisiones mixtas inspectoras con representación de las asociaciones patronales y obreras; la atención a las denuncias y protestas el 31 de los dependientes de las peluquerías bañezanas “contra el poder de los patronos peluqueros que no respetan la jornada” (cuya relación de infractores solicitarían el 23 de agosto desde el organismo laboral de la provincia); y el establecimiento de un pacto entre los farmacéuticos y los auxiliares de farmacia que se aprobaba el día primero de aquel mes por la presidencia de los Jurados Mixtos de Trabajo de León, después de que el 4 de julio se le hubieren remitido los horarios de las farmacias de la ciudad.

100.-La huelga general contra la Azucarera Bañezana en junio de 1933 y sus efectos.-(2)

El 20 de mayo dirá la delegación de Trabajo en una nota que “habiéndose planteado la huelga general del ramo de la construcción en la ciudad de La Bañeza, intervino esta delegación, dejando resuelto el conflicto mediante la colocación de todos los parados y la regulación de la jornada y horarios, sometiéndose patronos y obreros a un pacto colectivo”. Se recibía el día 24 en la alcaldía una notificación del ministerio de Trabajo y Previsión Social, para que “se sirviera disponer que el interrogatorio sobre la huelga sea cubierto por esas oficinas”. Sería la huelga de aquellos días de la que nos contaba Gabriel González González (en entrevista en noviembre de 2007) haber sido su padre “que estaba de alcalde, el que llamó a don Julio Hernández, el director de la Azucarera, que era andaluz, para que fuera a la alcaldía, y se arreglaron; se pedía aumento de sueldo, y los que estaban trabajando fijos querían hacer la huelga, pero los temporeros, que estaban peor, que de aquella estaba muy mal España, y en La Bañeza no había trabajo ninguno más que esta fábrica, dijeron que si en 24 horas no se arreglaba entraban a trabajar”.
Se comunica el 25 a Fernando Alba Flórez y a Eugenio Carnicero Alonso (trabajador en la Azucarera que debía de ser responsable de algún Jurado Mixto o de alguna otra sociedad de obreros, lo que explicaría, al igual que para Fernando Alba -fusilado con 16 más en León el 18 de febrero de 1937- y para Eladio Fernández, su también trágico destino de asesinado y desaparecido con
otros dos en Villafer el 12 de octubre de 1936) el ruego de que "convoquen a la Patronal para tratar sobre Bases de Trabajo, sueldos y jornada”, y se invitaba el 26 a la Sociedad de Labradores y a la Patronal Bañezana a que se concierten entre sí y con las restantes sociedades y entidades afectadas con el objeto de confeccionar las Bases de Trabajo para las labores del campo, vecina ya la época de la recolección, y a los presidentes de una y otra se les requiere el 29 para que empleen en tales trabajos a obreros de la localidad, a la vez que desde el Jurado Mixto del Comercio General se instaba a cuidar el cumplimiento de las bases laborales convenidas en cuanto a contratos, jornada máxima y descanso dominical, la misma fecha en que se convocaba al presidente del bañezano Sindicato de la Construcción a las 5 de la tarde para hablar con el delegado provincial de Trabajo sobre la huelga.
El día 31 de mayo se convocaba al presidente de la Patronal Bañezana para que acuda a una reunión en la que tratar sobre el cierre de establecimientos, y después al mismo, al presidente de las Sociedades Obreras y al comité obrero de huelga para que concurran a la mayor brevedad, invitados por el delegado provincial de Trabajo (que se ha desplazado a La Bañeza), a otra para cambiar im-presiones sobre la marcha del conflicto (“que es absolutamente ilegal”, según el delegado), recomendándoles que asistan cuatro o cinco representantes por cada una de las entidades, y entre los de la Patronal uno o dos patronos significados de las obras en construcción en la Azucarera.
“A las 12 de la noche de aquel día, miércoles, no se había logrado solución al conflicto obre-ro planteado por los del ramo de construcción y secundado por los de los restantes oficios, a pesar de la intervención directa del delegado provincial de Trabajo, presidente del Jurado Mixto y alcalde. El paro general fue completo aquella fecha, y estuvo concentrada bastante Guardia Civil, aunque no ocurrió incidente alguno lamentable. Lo habían precedido varios días de huelgas parciales, desembocando en una jornada de huelga absoluta, cerrando todo el comercio y las fábricas, y en la que participaron también mujeres bañezanas como las lavanderas y modistas. Había sido causa de la huelga la protesta del elemento obrero bañezano contra la intromisión en la Azucarera de forasteros, en detrimento de los de aquí, que quedan sin trabajo. Algunos comerciantes que quisieron abrir fue-ron atacados y hubieron de echar el cierre. Un grupo de huelguistas esperó en la Estación la llegada del tren correo, y al bajar los paquetes de periódicos fueron arrebatados y quemados a unos cien metros de los andenes. Numerosas parejas de la Guardia Civil de Infantería y Caballería, llegados de diversas procedencias, patrullaron las calles y establecieron servicios de vigilancia en puntos estratégicos. El martes, día 30, se había repartido un manifiesto”.
Tal era la crónica que publicaba después El Adelanto, el mismo en el que la semana siguiente y en primera plana arremete quien firma K-Vernícola (el sacerdote Ángel Riesco Carbajo) contra “los forasteros que han dirigido la huelga; zánganos y avispas que alborotan la colmena”, y anuncia que “quizás no tardando organicen otros una huelga legal pidiendo que a esos pocos pedantes forasteros los echen de La Bañeza por indeseables”. Foráneos perturbadores entre los que seguramente catalogaba el clérigo a trabajadores como los Sierra Fernández (Eugenio y Tomás) a quienes acusará el franquismo, cuando los represalie de múltiples maneras, de haber sido los introductores del socialismo en La Bañeza (donde cuando ellos se trasladan desde Astorga en 1931 el socialismo ya era antiguo), o Cayetano González Lorenzo (“el Vasco”, vocal de la Agrupación Socialista desde finales de mayo de 1936), Leonardo Méndez Prieto, Antonio Batalla Esperanza, Arturo Fernández Cano, Eduardo y Juan Cancelas del Río, Alberto Jiménez (“el Catalán”, referente del anarcosindicalismo en la Azucarera Bañezana, importado quizás desde su tierra; se pierde su rastro en el frente asturiano, posiblemente desaparecido), Bartolomé Otero Gallego, nacido en la Argentina y responsable del ugetista Sindicato de Construcción, y tantos otros afincados y avecindados entonces en la ciudad para hacerla progresar con su trabajo (en aquella factoría sobre todo) y prosperar con ella, víctimas muchos de ellos unos años después de la pertinaz y dura represión de quienes se alzaron en julio de 1936, después de que algunos de ellos padecieran ya la que siguió a la revolución de octubre del año 34, en la que serían también en la ciudad figuras destacadas, y que no merecerá, por cierto, condena ni conmiseración alguna (más bien al contrario) de aquel eclesiástico enojado.

domingo, 8 de enero de 2017

La visita oficial del Obispo Mérida Pérez en su entrada en La Bañeza‏


José Cruz Cabo
Corría la primavera del año 1947, cuando fue nombrado por el Papa, Obispo de Astorga, el Doctor Mérida Pérez y a los pocos días de hacerse cargo de la diócesis, anunció a nuestro ayuntamiernto que iba a venir aquí, a realizar la primera visita oficial fuera de Astorga.
Naturalmente eso en plenos años cuarenta, era una noticia que movilizaba a toda la ciudad y por ello el ayuntamiento publicó un bando pidiendo a los bañezanos, que ese día acudieran a la Plaza Mayor, para darle la bienvenida al nuevo Obispo de Astorga, que además traía una gran aureola de persona sabia, culta y sencilla.
Naturalmente nuestra ciudad salió en bloque a recibir a este nuevo Obispo y, al principio de la calle de Astorga, fue recibido por las autoridades locales, y se subió a una calesa que estaba dispuesta para ello, junto al alcalde accidental, ya que Don Inocencio Santos, que era el alcalde, no estaba en la ciudad, y continuó su camino hacia la Plaza Mayor y la iglesia de Santa María. Naturalmente el ayuntamiento pidió a la Banda de Música de la ciudad, que tenía que acompañar al obispo y nuestra banda, de la que yo formaba parte como tercer trombón, dirigida por el gran músico bañezano, Claudio Toral González, se puso detrás de la calesa y comenzó a intepretar pasacalles hasta la puerta de la iglesia de Santa María, donde el Obispo Mérida Pérez, recibió el saludo del entonces párroco de El Salvador, D. Angel Riesco Carbajo, así como de los sacerdotes de entonces, Don José Víctor y Don Rogelio García, además de otros sacerdotes de la comarca bañezana. Al entrar en la iglesia se cantó el Tedeum, agradeciendo a Dios el que tuviéramos un nuevo pastor en la diócesis, tan sabio, y tan ilustre, y después dio comienzo la misa pontifical, presidida por el Doctor Mérida Pérez, con el templo abarrotado de fieles. Después de dar la bendición apostólica, subió al ayuntamiento donde el alcalde accidental de entonces, Aurelio López, propietario del comercio “De Perico”, le dedicó unas palabras de bienvenida y le deseó una gratísima estancia en nuestra diócesis. Para Don Angel Riesco, esta visita le cambió su vida totalmente, pues unos meses más tarde de la misma, el Doctor Mérida Pérez, le nombraba, Vicario General de la Diócesis, lo que le llevó después a ser consagrado Obispo Auxiliar de Oviedo primero, y después Obispo de Tudela.
Finalizada la visita, el obispo volvió en calesa hasta el final de la calle Astorga y allí subió en su coche, para volver a la capital de la Diócesis, entre la alegría de los bañezanos y los sones de la banda, que le acompañaron hasta el final. 
Nuestra banda municipal, fue dirigida en esa alegre jornada, como ya dijimos,  por el que fue gran músico bañezano, además de empresario zapatero, Claudio Toral González, que hizo de director varios años. Yo no sabía que existiera esta fotografía de dicho acto, hasta que la cofradía de Jesús Nazareno realizó una exposición de fotografías antiguas, en la que había una foto de aquel acto del año 1947, pero todavía fue mucho mayor mi asombro, porque entre los pocos músicos que salen en la misma, estoy yo, con dicesiete años, tocando el trombón en dicha visita. Fue una gran ilusión ver esa fotografía y pasado un tiempo, de aquella exposición en la capilla de Jesús, pude hacerme con ella, y ésta me hizo recordar uno de los acontecimientos importantes que ha vivido nuestra ciudad, porque el Doctor Mérida Pérez estuvo como Obispo de Astorga hasta 1954 y fue sustituido después por el famosísimo Obispo, Monseñor Marcelo González Martín, el mejor orador que he oido en mi vida. La visita de Mérida Pérez, tuvo una gran repercusión posterior para nuestra ciudad, ya que durante su obispado, se iniciaron las obras del edificio que fue primero seminario menor de la diócesis, y hoy la Residencia de Ancianos de Mensajeros de la Paz. Un edificio que hizo una gran labor como cantera de vocaciones sacerdotales, ya que fueron muchos alumnos los que llegaron al sacerdocio, gracias a este seminario, y hoy en día sigue acogiendo a personas mayores, que no se valen solas en sus casas, y pueden estar en Mensajeros de la Paz cuidados y atendidos dignamente, hasta que les llegue la hora de rendir cuentas al Señor. 

sábado, 7 de enero de 2017

Adiós a la mujer más sabia de La Bañeza


José Cruz Cabo
Gloria Begué Cantón, la mujer que llegó a lo más alto de la ciencia y la política, un año más pequeña que yo, y a la que quise hacerle una entrevista para El Adelanto Bañezano, ya que era vicerrectora de la universidad de Salamanca, Diputada Nacional por designación Real y vicepresidenta del tribunal Constitucional.
La llamé por teléfono para quedar en hacerle la entrevista y me contestó muy amablemente, pero me dijo que de La Bañeza no quería saber nada, ya que solo tenía recuerdos dolorosos al matarle a su padre, al comienzo de la guerra civil, y según mis investigaciones por celos, ya que el padre de la Begué había comprado una máquina de cine y se la había regalado al partido socialista y una persona de La Bañeza no pudo soportar que le quitara a Doña Gloria madre y su rencor le llevó a matarlo. Hay que tener en cuenta que el abuelo materno de Gloria Begué era el propietario de la luz en nuestra ciudad. Ella estudió, en las mejores universidades y fue una de las figuras relevantes de aquella España que comenzaba a levantar cabeza de la guerra civil.
Siendo Antonio Fernández Calvo , alcalde y Nuria Pérez Alonso concejal, fueron expresamente a Madrid para ponerle su nombre a una calle, pero Gloria tampoco quiso y la mujer más importante cultural y de gran prestigio académico, no solo en España, sino en otras muchas naciones, no fue posible organizarle el homenaje que tenía merecido por su valía y cargos importantes que tuvo.
Yo sentí muchísimo que me dijera que no a la entrevista, pero tuve que reconocer que tenía razón y el dolor era excesivo. Con el tiempo consiguió los restos de su padre que llevó para Madrid que era donde vivía y con posterioridad también llevó para la capital de España los restos de su madre,
Amiga Gloria, siento tu muerte, por lo mucho que le diste a nuestra nación y espero que un día pueda hablarte y hacerte la entrevista, para el periódico celestial.

La Navidad de antes y la de ahora

José Cruz Cabo

Es verdad que la Navidad ha cambiado mucho en estos últimos tiempos, hasta el extremo de no conocerla los que somos mayores. Por ejemplo por la tarde salíamos grupos de chavales y chavalas a cantar los villancicos por los comercios y las casa, para recoger unas perricas con que comprar algo que luego no íbamos a tener.
Las cenas se celebraban en las casas y como mucho, algunas familias se reunían en alguna casa de amigos, donde siempre eras bien recibido y entre unos bailes, el juego de la lotería (hoy bingo) o las cartas, se pasaba la noche comiendo higos o avellanas, así como pasas, porque el turrón estaba muy caro y no eran muchos los que podían comprarlo.
Hablar de Marisco era en casas muy pudientes, el resto con la lombarda y algún pescado barato o cosa barata, así como unas nueces o unos higos ibas que chutabas. Los niños no salíamos a la plaza mayor a enseñar los juguetes, porque no se regalaban-
El dia grande de las fiestas era el Año Nuevo, pues ese día en la mayoría de las casas no había reloj y algunos podían comerlas al sonido de la radio, pero la mayoría de la juventud llenaba nuestra Plaza Mayor con las doce uvas contadas para comerlas al sonido de las campanadas del Reloj del ayuntamiento, en aquella época era cuando se llenaba la Plaza-
También en aquellos años había misa a las doce de la noche pero para la Adoración Nocturna que comenzaba su guardia al Santísimo Sacramento a las once y media de la noche, y a las doce en punto, con las campanadas del reloj del ayuntamiento, se tiraban boca abajo en el suelo para pedir por los pecadores.
Finalizada la Misa a la una de la madrugada y ya con la plaza vacía, los adoradores nocturnos nos llegabamos hasta el pasaje, donde nos invitaban los hermanos Blanco a una consumición en su Café Pasaje.
Esas eran las fiestas que había durante los dias de la Pascua y uno de los espectáculos más importantes para los pobres, era contemplar el cocodrilo de Confitería Viloria, o las otras delicias que hacían Baudilio, Conrado o Imperiales- Pero solo nos servían para mirarlas porque comprarlas solo las familias que tenían mucho dinero 
Hoy la Plaza está vacia, los restaurantes llenos y las uvas los que no pueden salir de casa las comen al sonido de la televisión. Como diría Don Hilarión, en su “Verbena de la Paloma”, “Los tiempos cambian que es una barbaridad”.