miércoles, 31 de mayo de 2017

Corazón de Canela agranda la calidad de la colección Charín


José Cruz Cabo
Un año más la Fundación Conrado Blanco nos ofrece otra joya literaria dentro de su colección Charín, en memoria de Charo González, esposa que fue de nuestro siempre recordado cronista Conrado Blanco.
Una vez más, en una conjunción impresionante de buen gusto, se unen María del Camino Ochoa, para la dirección del texto del libro y Fernando Noriega para los maravillosos dibujos y alguna poesía. La portada a todo color de Fernando, ya nos va indicando que vamos a leer y admirar un libro maravilloso y así es desde el prólogo de la coordinadora de bibliotecas de León, María Dolores Martínez Lombó, a la que sigue el entrañable artículo del presidente de la Fundación, el notario bañezano Eugenio de Mata Espeso y hasta la página final..
Camino Ochoa nos obliga a conocer la llave de la esperanza, leyendo las páginas de Corazón de Canela. Siguen tres poesias de Nieves Sanchez Ramos, a cada cual más  emocionante. Siguen varias dentro de Poemas con canela, de Rocio Antón y Lola Núñez,Yanitcia Canetti, Sagrario Pinto. Virginia Cantó, Maribel Fuentes, Juan José Lago, José Javier Alfaro,  Marta Zagrilla, Fernando Noriega, Alfonso Pascual, Maribel Fuentes, Venacio Iglesias, Camino Ochoa y Luis Caussés.
Sigue Canela con poemas Con versos y texto de Camino Ochoa, explicando como se deben de leer y conjugar con los alumnos de los colegios, antes y después de la lectura y finaliza con recetas de Empanadillas de manzana con canela, Pastelitos de cacao y canela y adivinanzas de cuento. El libro es una joya literaria y de impresión realizada en nuestra ciudad 
por Ediciones Monte Riego e impreso en Gráficas Nino y el montaje es de Rafael Cabo del Riego. El libro a los niños se lo regala de forma gratuita la Fundación Conrado Blanco y desde luego es un libro para leer varias veces gozando de sus magníficos textos y poesías, así como de los insuperables dibujos de Fernando Noriega.   

miércoles, 24 de mayo de 2017

104.-La aparición de El Adelanto y sus primeros tiempos.- 2 y 3

Se tiraba el nuevo semanario en la imprenta de la Viuda de Manuel Fernández (doña Encarna), en la que el tipógrafo socialista Ramón Santos Prada era maestro de taller y junto al que había
un grupo de cajistas encargados de componer los diferentes artículos, así como las editoriales y anuncios. Se distribuía a suscriptores y en el local de La Buena Prensa al inicial precio de diez céntimos, e incluía desde el 10 de diciembre en sus páginas, “como atención preferente a las clases menesterosas y porque así se lo dicta su programa social y religioso”, una sección que llama “Bolsa de Trabajo” en la que darán cabida gratuita a las demandas de empleo de los trabajadores y las ofertas de los patronos. Contiene también composiciones poéticas a veces mordaces contra los planteamientos y usos de quienes serán tomados desde el principio como enemigos declarados y blanco de sus ácidas diatribas: marxistas, masones, ateos, y laicos (“los sin Dios”, en suma). Contra el laicismo precisamente se blande en la edición del día 24 (en el poema Cantares) un argumento curioso y desde luego más convincente para el sexo masculino: ¿Tú eres varón? Pues tendrás / más pasión, más ocasión; / luego necesitarás / más dosis de Religión. A la lucha y a la defensa de los intereses político-religiosos que lo animan dedicará en este tiempo y a lo largo del restante del periodo republicano el semanario el grueso de las secciones y artículos que llenan sus páginas, algunos publica-dos previamente por El Diario de León, y de ellas entresacamos los retazos que siguen.
En el mismo establecimiento bañezano (regentado por María y Aurora y sito en la calle Juan de Mansilla, frente a la iglesia de Santa María) se vendía también por entonces, entre otras publica-ciones merecedoras de hallarse en uno con aquel apelativo, el hebdomadario Ideas, de Acción Obre-rista, partido-sindicato católico de asalariados creado en Madrid recientemente al calor de Acción Popular y su Coalición Española de Trabajadores para frenar la pérdida de preeminencia del sindi-calismo amarillista y católico en favor del de clase, que anunciaba su próxima implantación en la capital de la provincia, y que llevaba la doctrina social de la Iglesia católica a los extremos de abo-gar por el reparto equitativo de las plusvalías del trabajo entre el patrono y los asalariados, y a pedir el salario familiar colectivo, que no tiene nada de utópico, dicen, por cuanto ya se concede en Nor-teamérica, y aquí, “en una fábrica harinera de Benavente llévase ya con este salario redentor la paz, el pan y la cultura, y también la gracia de Dios, a muchas familias”.
A primeros de enero de 1933 se constituirá en Astorga una sociedad obrera de esta agrupa-ción, “que ya actúa bajo el lema Religión, Familia, Propiedad, Enseñanza, Orden y Trabajo” (decía El Diario de León), la misma que en ofensiva político-sindical se había lanzado en numerosos pue-blos del sur para contar con mano de obra barata y debilitar a los sindicatos de izquierda, ofreciendo empleo, por salarios muy inferiores a los establecidos en las bases de trabajo, a quienes abandona-ban las filas de la ugetista Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra (FNTT), y que preten-día hacer de los campesinos leoneses muchos pequeños propietarios mediante el patrimonio familiar y obrero que también para ellos propugnaba. Un poco antes, al inicio de diciembre de 1932 (preci-samente cuando surge El Adelanto), según el censo establecido desde el gobierno civil de la provin-cia, se dice que son unos 300 los afiliados al sindicato UGT en las tierras bañezanas.



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Había irrumpido el nuevo “semanario católico independiente” (así se definía) combativo y beligerante, recuperando y reactivando en La Bañeza incluso controversias y pugnas que ya habían tenido su cima de algidez y su declive un año antes (como la de la laicidad de la enseñanza, exacerbada ahora) e introduciendo otras como la de la retirada de las asignaciones estatales al culto y clero que (al contrario de las respuestas en otros lugares provinciales) habían tenido aquí escaso eco, atizadas ardorosamente ahora por plumas casi siempre ocultas por pseudónimo, y entre los propósitos de actuación y metas que en su número del 31 de diciembre se marcaba El Adelanto para 1933 se hallan los de “potenciar la Acción Católica y luchar, hasta dar la sangre si es preciso, por la prensa y la enseñanza cristianas, combatiendo el esperpento, el monopolio inicuo de la escuela única, laica, atea, aborto de la masonería, que quiere descristianizar España y poner a todos los niños en manos de cuatro maestros sin Dios…, no enviando jamás a los hijos a esa escuela e impidiendo que vayan los de los parientes, amigos y conocidos, y favoreciendo por todos los medios los colegios católicos; peleando contra el divorcio (y los matrimonios civiles, que también en la ciudad se iban produciendo) como leyes injustas, heréticas e inmorales; guerreando hasta desterrar a la prensa impía, oponiendo a la prensa mala la prensa católica, favoreciéndola y reforzando este arma de combate”. Así, de acuerdo con aquellas pretensiones, traería frecuentemente a sus páginas artículos de la buena prensa de derechas, como El Debate, del que copiaba para su primer número del nuevo año el que versaba sobre la influencia masónica en las decisiones del gobierno de España.
Una oposición maniquea entre el Bien y el Mal presentes en los textos fascistas de preguerra y en el discurso de la prensa de derechas desde abril de 1931, mantendría el semanario católico in-dependiente bañezano desde su creación y a lo largo de la época republicana, exacerbada en mo-mentos como los electorales de noviembre de 1933 y los de 1936 y los posteriores a la revolución de octubre de 1934, y enardecida hasta la exaltación de la Cruzada después del golpe militar que desatará el enfrentamiento armado.
En La Bañeza, según El Adelanto, la Juventud de Acción Popular se proponía a finales de noviembre de 1933 iniciar la campaña electoral dando mítines y conferencias en los pueblos principales del partido, y “como estas propagandas cuestan sus buenos puñados de pesetas, se encarece a los elementos de derechas a que coadyuven en esta hermosa labor”. Se anima al triunfo, y a votar contra las izquierdas para evitar “la vuelta a los días de prisión de sacerdotes y de personas de significación católica” (alusión aquella sin duda local y muy directa, pues no estaban muy lejanas las respectivas detenciones gubernativas de los dos principales soportes del semanario, Ángel Riesco Carbajo y José Marcos de Segovia), y se seguiría haciendo en los sucesivos números, llamando a “votar contra los verdugos de España, contra los que han perseguido nuestros ideales y conculcado con sus decisiones la Religión que profesamos”, y por la candidatura agraria, cuya lista y programa presenta en las portadas, señalando a quienes se ha de votar (agrarios y personas de orden) y a quienes no: “ningún católico puede votar en conciencia a radicales”. Aunque muchos de ellos fueran conservadores ideológica y socialmente, como lo era su líder bañezano el militar y diputado Herminio Fernández de la Poza (tenido en 1939 por masón, aunque no es seguro que lo fuera), quien a pesar de sus cercanos familiares valedores no podrá evitar ser represaliado por el franquismo (al que después rendirá importantes servicios bélicos) con multa y una breve y privilegiada detención en el otoño de 1936.
Al principio de enero de 1934 se denunciaba desde El Adelanto que los lectores de El Debate y ABC de la ciudad bañezana están hartos de verse burlados por el servicio de Correos, y que no entienden que saliendo los paquetes de periódicos del mismo lugar, en la misma fecha, y por el mismo conducto, lleguen a unos destinatarios y a otros no, por no ser gratos a ciertos elementos, y se anuncia que, de no corregirse la anomalía y la arbitrariedad, desde La Buena Prensa elevarán queja documentada y firmada por los lectores al ministro de Comunicaciones contra el entorpecimiento de que son objeto las publicaciones de derechas, que no debió de cesar, pues el 17 de marzo desde el semanario se continuaba acusando de seguir siendo escamoteados y saboteados los ejemplares de El Debate por socialistas de los servicios de Correos, y de que en La Bañeza el día 13 hubo de bajarse de la estación para La Buena Prensa el paquete de aquel diario protegido por la Guardia Civil. El 14, miércoles, ya no llegó, sino que lo llevaron a Astorga, de donde lo devolvieron al día siguiente por la mañana. Ya el 25 de marzo de 1933 se habían quejado desde El Adelanto de que “algunos suscriptores de muy cerca de La Bañeza no reciben el semanario que les envían por correo”, impedimentos y obstrucciones que también se practicaron antes contra el socialista semanario Avance, en el que el 17 de septiembre de 1932 se relatan las dificultades existentes para que lleguen los ejemplares a lugares como Redelga, Bercianos del Páramo o La Nora, y como en Santa María del Páramo se agudizan, pues “hay allí cura que sale al paso de los peatones (carteros rurales) del correo y los cachea para despojarlos de la prensa mala”.
Las de El Adelanto se reproducían en enero y febrero de 1936, según cuenta su corresponsal en Destriana el día 8, en plena campaña de las elecciones generales que se celebrarían el día 16, quien señala que “desde hace más de un mes ha vuelto a llegar allí aquel semanario con retraso, como otras veces en que también se ha protestado por las trabas y estorbos que se dan en la administración de Correos bañezana”. Ya adivina el delegado en la Valduerna donde puede estar la causa, añadiendo que “el que tenga oídos que oiga y no dé lugar a que alguien se tome la justicia por su mano”. No solo se saboteaba en ocasiones, al parecer, a la prensa de derechas, pues el 25 de marzo de aquel año desde la Agrupación Socialista de Sabero se trasladaba queja al administrador de Correos de León por la repetida falta de los paquetes del periódico El Socialista que allí se envían (noticiaba La Democracia entonces).




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A la mitad de julio de 1935 en La Bañeza, desde El Adelanto, el sacerdote que firma K-Vernícola se sigue oponiendo a practicar la cristiana compasión con los sentenciados capitales por los tribunales que continúan juzgando a los revolucionarios de octubre del 34, algunos de los cuales eran aún perseguidos y detenidos, como Moisés Rodríguez Martínez, de 30 años, complicado en los sucesos de la cuenca del Sil y apresado al finalizar el mes por la benemérita de Valencia de Don Juan.
“Lea usted Trabajo, el periódico reivindicador de los derechos proletarios. Nada de política. Todo por el obrero y para el obrero. El gran periódico de los obreros todos, sin matiz político. 15 céntimos. De venta en La Buena Prensa. La Bañeza”, proclamaba la publicación bañezana el día 14 de septiembre del mismo año 1935, y añade que “se anuncian elecciones municipales (para el mes de noviembre se preveían una vez más, sin que tampoco entonces llegaran a realizarse), y urge una amplia inteligencia de las fuerzas de orden para llevar al Ayuntamiento una digna representación de La Bañeza y que no se vean más las corporaciones de gentes socialistas y de desgobierno padecidas hace algún tiempo que se entretenían en comprar lápidas laicas y en quitar las cruces del cementerio” (aunque en el Ayuntamiento republicano-socialista al que se aludía, al que le correspondió aplicar localmente las disposiciones legales sobre laicismo aprobadas en el Parlamento, los segundos habían estado en minoría de cuatro frente a ocho del total de doce concejales).
En su número del 2 de noviembre insiste El Adelanto en que en La Bañeza se continúa ”sin movernos” (así titula el suelto), y en que “desde los últimos escritos sobre la necesidad de lanzarse a la propaganda política y social en nuestra ciudad se han celebrado actos de tal naturaleza en León, en Astorga, y en casi todas las poblaciones limítrofes de categoría similar, y en otras muchas muy inferiores. Todos se mueven, todos se ponen en marcha por el camino que conduce a la victoria, y nosotros seguimos sin movernos. Están equivocados quienes creen que el fermento revolucionario ha muerto; está oculto, agazapado, esperando el momento oportuno para lanzarse sobre los incautos y descuidados que pagarán muy cara su imprevisión y su descuido. Muchos, la mayoría, de los que piensan en revolucionario, y serán un día quizás puñal asesino o pistola traidora, viven en el mayor de los engaños… Hay que fomentar la propaganda. Hay que organizarse en nuestro pueblo. Cuando un día (en los de la revuelta de octubre de 1934) sonó por nuestras calles el grito de ‘!vienen los de Fabero¡’ el pánico irrumpió en todos los hogares aquella noche aciaga. Si los de Fabero hubieran venido en realidad habrían rodado cabezas de bañezanos, habría habido fusilamientos y pillajes. Las casas hubieran sido destruidas, las mujeres deshonradas y escarnecidas, los niños terriblemente mutilados, y la muerte hubiera sentado sus reales sobre este pueblo digno de mejor suerte. Pues los de Fabero se están criando entre nosotros, transitan por nuestras plazas, se codean con sus futuras víctimas. Un pueblo que crece en la ignorancia de la religión y la moralidad y es presa de prédicas continuas y disolventes es la mejor escuela de asesinos y bandoleros. ¿Qué se hace para evitar esto? Nada en absoluto”.
Miraba a primeros de diciembre de 1935 hacia atrás El Adelanto y realizaba balance de los tres años de la publicación, con ausencias justificadas de colaboradores, “por las razones que tiene esta pícara vida”, y también con deserciones injustificadas por cobardía y miedo, que hacen preguntarse a sus redactores “de los hombres que con nosotros empezaron, ¿cuántos quedan?” Cuando se trata de apoyar al periódico todos son sordos, todos son mudos, todos son mancos (dicen). Para exigir, todos implacables; para ayudar, ausentes todos, “conducta en la época que corre verdaderamente suicida, pues la revolución acecha cual pantera herida el momento de echar su zarpa sobre la sociedad, mientras esos elementos gustan más del vivir tranquilo y ciego de la ciudad alegre y confiada”.
En lo que hemos podido conocer, muy lejos estuvo la propaganda y la campaña electoral de los comicios generales del 16 de febrero de 1936 desde el periódico socialista leonés La Democracia tanto de la extensión como de los excesos, la acometividad y las agresividades, los tonos apocalípticos y los modos irrespetuosos de El Diario de León (uno de sus competidores ideológicos en la capital),
y sobre todo de la además gruesa, falaz, visceral y pasionalmente incendiaria artillería desplegada por El Adelanto.
"¡Leoneses, a luchar contra los traidores y los cómplices! (los que ayudan con sus candidaturas a que saquen menos votos las derechas –porque las dividen- y por tanto ganen las izquierdas)", llamaba el semanario bañezano en su edición del 25 de enero de 1936, insistiendo en que en las elecciones que se avecinan “dos ejércitos, dos fuerzas se disputan la posesión de España: la revolución por un lado y la contrarrevolución por otro. Los que quieren que triunfe España, y los que quieren que seamos el estado soviético número dos. Nos vamos a jugar la existencia; peligra la Patria; la Religión es amenazada. Españoles: nos quieren convertir en un pueblo salvaje, sin Dios, sin Patria, sin Familia, sin Propiedad. Nos quieren hacer esclavos… En Rusia han quitado los hijos a los padres y los han declarado propiedad del Estado; han roto la Familia, y cuántos se encuentran sin mujer, sin hijos, sin bienes, obedeciendo al látigo de un tirano… ¡A votar todos integra la candidatura de las derechas!”, aunque ya desde más de una semana antes habían publicado las izquierdas del Frente Popular su manifiesto y su programa, tan alejado de lo que propalaban aquellos insistente-mente aireados e interesados y catastróficos augures y de lo que sucederá cuando estas triunfen en las urnas.
Ante ellas (según publicará El Adelanto el 22 de febrero de 1936) “se celebró el domingo pasado en La Bañeza la contienda electoral, y nos sentimos orgullosos de este pueblo honrado y progresivo, donde absolutamente todos conservaron una gran serenidad y continencia. El día de las elecciones transcurrió con toda normalidad y sosiego. Fue un gran triunfo de la ciudadanía y la cultura a la que todos contribuyeron ahogando las pasiones que en estos casos excita la política. Merecen un cerrado aplauso las diversas organizaciones por su ciudadano comportamiento. Hoy (transcurrida casi una semana de la victoria electoral general de los republicanos y los socialistas, ‘los revolucionarios’), existe en La Bañeza orden, tranquilidad y sosiego. No se ha producido altercado alguno”.Nada en absoluto”.
Miraba a primeros de diciembre de 1935 hacia atrás El Adelanto y realizaba balance de los tres años de la publicación, con ausencias justificadas de colaboradores, “por las razones que tiene esta pícara vida”, y también con deserciones injustificadas por cobardía y miedo, que hacen preguntarse a sus redactores “de los hombres que con nosotros empezaron, ¿cuántos quedan?” Cuando se trata de apoyar al periódico todos son sordos, todos son mudos, todos son mancos (dicen). Para exigir, todos implacables; para ayudar, ausentes todos, “conducta en la época que corre verdaderamente suicida, pues la revolución acecha cual pantera herida el momento de echar su zarpa sobre la sociedad, mientras esos elementos gustan más del vivir tranquilo y ciego de la ciudad alegre y confiada”.
En lo que hemos podido conocer, muy lejos estuvo la propaganda y la campaña electoral de los comicios generales del 16 de febrero de 1936 desde el periódico socialista leonés La Democracia tanto de la extensión como de los excesos, la acometividad y las agresividades, los tonos apocalípticos y los modos irrespetuosos de El Diario de León (uno de sus competidores ideológicos en la capital),
y sobre todo de la además gruesa, falaz, visceral y pasionalmente incendiaria artillería desplegada por El Adelanto.

"¡Leoneses, a luchar contra los traidores y los cómplices! (los que ayudan con sus candidaturas a que saquen menos votos las derechas –porque las dividen- y por tanto ganen las izquierdas)", llamaba el semanario bañezano en su edición del 25 de enero de 1936, insistiendo en que en las elecciones que se avecinan “dos ejércitos, dos fuerzas se disputan la posesión de España: la revolución por un lado y la contrarrevolución por otro. Los que quieren que triunfe España, y los que quieren que seamos el estado soviético número dos. Nos vamos a jugar la existencia; peligra la Patria; la Religión es amenazada. Españoles: nos quieren convertir en un pueblo salvaje, sin Dios, sin Patria, sin Familia, sin Propiedad. Nos quieren hacer esclavos… En Rusia han quitado los hijos a los padres y los han declarado propiedad del Estado; han roto la Familia, y cuántos se encuentran sin mujer, sin hijos, sin bienes, obedeciendo al látigo de un tirano… ¡A votar todos integra la candidatura de las derechas!”, aunque ya desde más de una semana antes habían publicado las izquierdas del Frente Popular su manifiesto y su programa, tan alejado de lo que propalaban aquellos insistente-mente aireados e interesados y catastróficos augures y de lo que sucederá cuando estas triunfen en las urnas.

Ante ellas (según publicará El Adelanto el 22 de febrero de 1936) “se celebró el domingo pasado en La Bañeza la contienda electoral, y nos sentimos orgullosos de este pueblo honrado y progresivo, donde absolutamente todos conservaron una gran serenidad y continencia. El día de las elecciones transcurrió con toda normalidad y sosiego. Fue un gran triunfo de la ciudadanía y la cultura a la que todos contribuyeron ahogando las pasiones que en estos casos excita la política. Merecen un cerrado aplauso las diversas organizaciones por su ciudadano comportamiento. Hoy (transcurrida casi una semana de la victoria electoral general de los republicanos y los socialistas, ‘los revolucionarios’), existe en La Bañeza orden, tranquilidad y sosiego. No se ha producido altercado alguno”.

Nada en absoluto”.
Miraba a primeros de diciembre de 1935 hacia atrás El Adelanto y realizaba balance de los tres años de la publicación, con ausencias justificadas de colaboradores, “por las razones que tiene esta pícara vida”, y también con deserciones injustificadas por cobardía y miedo, que hacen preguntarse a sus redactores “de los hombres que con nosotros empezaron, ¿cuántos quedan?” Cuando se trata de apoyar al periódico todos son sordos, todos son mudos, todos son mancos (dicen). Para exigir, todos implacables; para ayudar, ausentes todos, “conducta en la época que corre verdaderamente suicida, pues la revolución acecha cual pantera herida el momento de echar su zarpa sobre la sociedad, mientras esos elementos gustan más del vivir tranquilo y ciego de la ciudad alegre y confiada”.
En lo que hemos podido conocer, muy lejos estuvo la propaganda y la campaña electoral de los comicios generales del 16 de febrero de 1936 desde el periódico socialista leonés La Democracia tanto de la extensión como de los excesos, la acometividad y las agresividades, los tonos apocalípticos y los modos irrespetuosos de El Diario de León (uno de sus competidores ideológicos en la capital),
y sobre todo de la además gruesa, falaz, visceral y pasionalmente incendiaria artillería desplegada por El Adelanto.

"¡Leoneses, a luchar contra los traidores y los cómplices! (los que ayudan con sus candidaturas a que saquen menos votos las derechas –porque las dividen- y por tanto ganen las izquierdas)", llamaba el semanario bañezano en su edición del 25 de enero de 1936, insistiendo en que en las elecciones que se avecinan “dos ejércitos, dos fuerzas se disputan la posesión de España: la revolución por un lado y la contrarrevolución por otro. Los que quieren que triunfe España, y los que quieren que seamos el estado soviético número dos. Nos vamos a jugar la existencia; peligra la Patria; la Religión es amenazada. Españoles: nos quieren convertir en un pueblo salvaje, sin Dios, sin Patria, sin Familia, sin Propiedad. Nos quieren hacer esclavos… En Rusia han quitado los hijos a los padres y los han declarado propiedad del Estado; han roto la Familia, y cuántos se encuentran sin mujer, sin hijos, sin bienes, obedeciendo al látigo de un tirano… ¡A votar todos integra la candidatura de las derechas!”, aunque ya desde más de una semana antes habían publicado las izquierdas del Frente Popular su manifiesto y su programa, tan alejado de lo que propalaban aquellos insistente-mente aireados e interesados y catastróficos augures y de lo que sucederá cuando estas triunfen en las urnas.

Ante ellas (según publicará El Adelanto el 22 de febrero de 1936) “se celebró el domingo pasado en La Bañeza la contienda electoral, y nos sentimos orgullosos de este pueblo honrado y progresivo, donde absolutamente todos conservaron una gran serenidad y continencia. El día de las elecciones transcurrió con toda normalidad y sosiego. Fue un gran triunfo de la ciudadanía y la cultura a la que todos contribuyeron ahogando las pasiones que en estos casos excita la política. Merecen un cerrado aplauso las diversas organizaciones por su ciudadano comportamiento. Hoy (transcurrida casi una semana de la victoria electoral general de los republicanos y los socialistas, ‘los revolucionarios’), existe en La Bañeza orden, tranquilidad y sosiego. No se ha producido altercado alguno”. Nada en absoluto”.
Miraba a primeros de diciembre de 1935 hacia atrás El Adelanto y realizaba balance de los tres años de la publicación, con ausencias justificadas de colaboradores, “por las razones que tiene esta pícara vida”, y también con deserciones injustificadas por cobardía y miedo, que hacen preguntarse a sus redactores “de los hombres que con nosotros empezaron, ¿cuántos quedan?” Cuando se trata de apoyar al periódico todos son sordos, todos son mudos, todos son mancos (dicen). Para exigir, todos implacables; para ayudar, ausentes todos, “conducta en la época que corre verdaderamente suicida, pues la revolución acecha cual pantera herida el momento de echar su zarpa sobre la sociedad, mientras esos elementos gustan más del vivir tranquilo y ciego de la ciudad alegre y confiada”.
En lo que hemos podido conocer, muy lejos estuvo la propaganda y la campaña electoral de los comicios generales del 16 de febrero de 1936 desde el periódico socialista leonés La Democracia tanto de la extensión como de los excesos, la acometividad y las agresividades, los tonos apocalípticos y los modos irrespetuosos de El Diario de León (uno de sus competidores ideológicos en la capital),
y sobre todo de la además gruesa, falaz, visceral y pasionalmente incendiaria artillería desplegada por El Adelanto.
"¡Leoneses, a luchar contra los traidores y los cómplices! (los que ayudan con sus candidaturas a que saquen menos votos las derechas –porque las dividen- y por tanto ganen las izquierdas)", llamaba el semanario bañezano en su edición del 25 de enero de 1936, insistiendo en que en las elecciones que se avecinan “dos ejércitos, dos fuerzas se disputan la posesión de España: la revolución por un lado y la contrarrevolución por otro. Los que quieren que triunfe España, y los que quieren que seamos el estado soviético número dos. Nos vamos a jugar la existencia; peligra la Patria; la Religión es amenazada. Españoles: nos quieren convertir en un pueblo salvaje, sin Dios, sin Patria, sin Familia, sin Propiedad. Nos quieren hacer esclavos… En Rusia han quitado los hijos a los padres y los han declarado propiedad del Estado; han roto la Familia, y cuántos se encuentran sin mujer, sin hijos, sin bienes, obedeciendo al látigo de un tirano… ¡A votar todos integra la candidatura de las derechas!”, aunque ya desde más de una semana antes habían publicado las izquierdas del Frente Popular su manifiesto y su programa, tan alejado de lo que propalaban aquellos insistente-mente aireados e interesados y catastróficos augures y de lo que sucederá cuando estas triunfen en las urnas.
Ante ellas (según publicará El Adelanto el 22 de febrero de 1936) “se celebró el domingo pasado en La Bañeza la contienda electoral, y nos sentimos orgullosos de este pueblo honrado y progresivo, donde absolutamente todos conservaron una gran serenidad y continencia. El día de las elecciones transcurrió con toda normalidad y sosiego. Fue un gran triunfo de la ciudadanía y la cultura a la que todos contribuyeron ahogando las pasiones que en estos casos excita la política. Merecen un cerrado aplauso las diversas organizaciones por su ciudadano comportamiento. Hoy (transcurrida casi una semana de la victoria electoral general de los republicanos y los socialistas, ‘los revolucionarios’), existe en La Bañeza orden, tranquilidad y sosiego. No se ha producido altercado alguno”.


103.-La aparición de El Adelanto y sus primeros tiempos (1)

El 29 de noviembre de 1932 comunica al gobernador civil y a la alcaldía bañezana Eugenio Llamas Ferrero, director de la oficina del Banco Central, que “bajo su dirección se publicará los sábados El Adelanto” (a finales de abril de 1933 será sustituido por Santiago Manjón Martínez), aunque el regente efectivo fuera siempre el sacerdote Ángel Riesco Carbajo, coadjutor de la parro-quia de El Salvador, quien tal vez no se ocupara de los trámites de la autorización del semanario para no obstaculizarla por causa de la reciente sanción gubernativa que le había sido impuesta por desafecto al régimen republicano y poseedor de escritos conspirativos contra él, y por las mismas razones pudo no ser el presbítero y si de nuevo Eugenio Llamas quien solicitara el 15 de diciembre permiso para celebrar el día 18 en la Iglesia de Santa María una reunión a la que se llamó desde la circular repartida al vecindario y anuncio en El Adelanto y que tratará de establecer (como así se hizo) en La Bañeza una Junta parroquial para ocuparse del sostenimiento del culto y clero en la ciu-dad, cumpliendo lo preceptuado en la pastoral del obispo de León con ocasión del inicio del otoñal mes del Rosario de “aplacar la justicia divina atendiendo a lo uno y lo otro y a seminaristas pobres, y ayudando a la buena prensa…” (de la que la nueva publicación pasaba a formar parte).
Integraron la comisión organizadora de aquella iniciativa Joaquín Nieto, José Marcos de Se-govia, Mariano de la Fuente (había sido concejal en 1928, y sería uno de los 24 derechistas bañeza-nos detenidos entre la noche del 20 y la media tarde del 21 de julio de 1936 por su afección al golpe militar del 18 de aquel mes, y uno de los gestores municipales impuestos por los sublevados el 4 de agosto del mismo año), y el director de El Adelanto, y la Junta que recaudará, administrará y distri-buirá los ingresos procedentes de la suscripción fija y voluntaria establecida: Laureano Alonso González (médico), Manuel Ramos García (comerciante), Joaquín M. Moro García (industrial), Marcelino Martínez Simón (labrador), Valentín González Castro y Francisco López Ordás (obre-ros), además del párroco o sacerdote delegado y Joaquín Nieto.
Surgía El Adelanto el día 3 de diciembre (sábado), propiedad de la parroquia de Santa María (regida por don Lucas Castrillo Martínez) e impulsado por don Ángel Riesco, “su director de hecho y de derecho”, para contrarrestar la influencia del semanario izquierdista Avance (editado en La Bañeza, “contra el caciquismo y la clerecía”, desde el 12 de marzo del mismo año 1932) y para llevar las consignas y doctrinas católicas y morales a la sociedad bañezana y de la comarca, com-prometidos con el coadjutor para lanzarlo y mantenerlo una pequeña plantilla de feligreses entre los que formaron los abogados Laureano Alonso y Diez-Canseco, José Santos Fernández (notario en Santander), y José Marcos de Segovia, Eugenio Fernández, Conrado Blanco León, y Agustín Qui-ñones (que se encargó de los deportes), todos los cuales solían escribir con pseudónimo, incluido don Ángel (que utilizaba varios, Demófilo, Dionisio, Jesús Requejo, K-Vernícola, Clarito, entre ellos), continuando además la colaboración de algunos de aquellos en La Opinión, que siguió publi-cándose durante los primeros meses de 1933 y en cuya desaparición influyó tal vez el trasvase de las más caracterizadas de sus firmas a la novel cabecera.

jueves, 18 de mayo de 2017

Los Plenos interminables de los años 60


José Cruz Cabo
Yo comencé a asistir a los plenos en el año 66, siendo alcalde Fidel Sarmiento Fidalgo, en aquellos tiempos tanto los alcaldes como los concejales eran designados por el Gobernador Civil, por lo que había concejales que a las sesiones iban mas por pasarlo bien que por aprobar cosas para beneficio del pueblo.
Nunca decían no, pero había varios concejales que si algún punto no lo querían aprobar, no decían no. Simplemente comenzaban a discutirlo y estaban dándole vueltas al tema durante horas y el pleno había comenzado a las ocho de la tarde, a base de hablar, hablar y hablar, daban las doce de la noche y el secretario tenía que decir que se levantaba la sesión y el tema quedaba aparcado hasta otra sesión, en la que se volvían a repetir las mismas cosas y al final terminaba por desaparecer de los plenos y quedaban sin resolver.
Una de las cosas que más dio que hablar fue la construcción de la Plaza de Abastos, donde Fidel había puesto todo su interés y que al final consiguió aprobar a pesar de que había tres concejales que no la querían ni a tiros.
En los años finales de esta década, después de los enormes disgustos que tuvimos que aguantar Fidel y yo con lo del Plano de Urbanización, llegaron las elecciones de cabezas de familia, del tercio sindical y del tercio de entidades. Franco nos dejaba votar para las elecciones a concejales de los distintos ayuntamientos de España y al poco tiempo de celebrarse las primeras Fidel era cambiado como Alcalde por su hermano Leandro, Dos hermanos alcaldes de feliz memoria para nuestra ciudad. En esos años se hicieron la Plaza de Abastos, el hoy Instituto Ornia y el Instituto Vía de la Plata, el colegio San José de Calasanz y otras muchas cosas y los plenos ya comenzaron a ser normales. En un par de horas como mucho se aprobaban o se denegaban los asuntos llevados a los plenos. Nunca hubo que volver a dejar cosas sobre la mesa porque Antonio Pernas, Felipe Pérez, Bernardo Bécares y otros se empeñaran en sacar cosas  en la discusión para alargarlo hasta las doce de la noche y tener que dejarlas sin aprobar para otra ocasión.

jueves, 11 de mayo de 2017

102,-Cuando se quiso poner tasas al toque de campanas.-

José Cabañas

A finales de 1932 se promulgaba la Ley de contribución general sobre la renta (un impuesto aún muy limitado y de escaso poder recaudatorio, tímido primer paso en la creación de la moderna fiscalidad), cuando la renta per cápita alcanzaba las 1.083 pesetas. En La Bañeza, en los extensos debates sobre los presupuestos municipales para 1933 los socialistas habían pretendido la incon-gruencia (que les señala desde el local semanario La Opinión su director) de recuperar el impopular y ya suprimido impuesto de consumos, una carga indirecta y nada progresiva contra la que tantas protestas y motines había habido en el pasado, y tratado de establecer un gravamen por el toque de campanas (“asesorados por algunos entre los cuales hay fervorosos monárquicos hasta el 14 de abril de 1931”, dirá El Adelanto), que rechazaron los demás miembros de la corporación. También en León fue desechada la propuesta socialista de incluir en los presupuestos del año próximo a iniciar-se una tasa anual por el tañido de campanas (150 pesetas por una, 200 por dos, 300 por tres o más), pero prospera gravar con 25 céntimos los carteles que anuncian funciones religiosas y cobrar im-puestos por tirar cohetes y tocar organillos.
En La Bañeza, en realidad las discusiones y la elaboración de aquellos presupuestos (en múltiples y maratonianos plenos) fueron bastante más complejas y ajetreadas: la minoría socialista decidía el 23 de noviembre contar con sus representados antes de entrar a discutirlos, y lleva en-miendas en la sesión municipal del 28 al proyecto que presenta la comisión de Hacienda, basado en el percibo de ingresos por arbitrios (como el de 1932, al que supera considerablemente), que perju-dica al vecindario (se dice), opuesto al de ingresos por consumos (como lo fue aún el de 1931), de mayor recaudación y por el que los forasteros pagan más, y derogado por una de las disposiciones transitorias del Estatuto Municipal y otras legales. Se acuerda por mayoría (los cuatro concejales de la minoría socialista, José Santos Pérez y Joaquín Lombó Pollán) obtener los ingresos por consu-mos, con lo que se rechaza el proyecto de la comisión de Hacienda; el alternativo de la minoría so-cialista también era por arbitrios, por lo que procede confeccionar uno nuevo basado en ingresos por impuestos de consumos.
En el pleno del 7 de diciembre se revoca el anterior acuerdo (volver al sistema de consumos) y se desecha el proyecto de presupuestos de la comisión especial surgida de la anterior sesión, se-gún votación en la que solo opta por no hacerlo el concejal Joaquín Lombó. Los socialistas aclaran su pretensión de reemplazar los arbitrios de 1932 por otros más justos, y de rebajar algunos como el de la carne, que consideran alto, para que deje de regir lo que manifiestan que algún concejal habría afirmado (“el que no pueda comer carne, que coma bacalao”), y que es desmentido por el alcalde (Juan Espeso González), sustituyendo con otros gravámenes lo dejado de recaudar por ello. Por mayoría se acordó presentar otro nuevo proyecto en el pleno del lunes próximo, confeccionado por la comisión de Hacienda una vez más. En cuanto a las carnes, a pesar de haberlas clasificado por categorías ya en enero de 1933 y de haber rebajado sus arbitrios, no han bajado sus precios los car-niceros, lo que expondrán algunos concejales como queja en el pleno del 18 de aquel mes.
El día 12 de diciembre se entra por fin a estudiar y discutir el proyecto de presupuestos para 1933, en su apartado de Gastos, y se hace por artículos, partidas y capítulos. Se retira la partida de 480 pesetas del teléfono del alcalde (ya hay uno en secretaría) y el del cuartel de la Guardia Civil. Se destina una partida para el deslinde y amojonamiento de los terrenos comunales (en la fecha de-terminada en que se revisan anualmente las marras o mojones municipales), otra para salarios de los
15 vigilantes de arbitrios que habrán de atender el servicio junto con los serenos, y una más destina-da a retribuir las nuevas plazas de arquitecto y de maestro de obras que se crean.
El pleno del 14 de diciembre, cuando cerrado ya el capítulo de Gastos se discuten los arbi-trios que habrán de generar los Ingresos, conoce debates sobre si las bicicletas son artículo de lujo (como afirma el concejal socialista Porfirio González Manjarín), o no lo son, pues las usan mucho los obreros (según argumenta David González Moratinos). Y no debían de serlo, ya que se aumenta su canon, quedando en 6 pesetas anuales. También se establece una tasa a la circulación de perros, y un arbitrio por los anuncios o carteles que se exponen. Algunos concejales alegan haber determina-do gravámenes elevados para las carnes de cerdo y de ternera, que consumen los ricos, para que los presupuestos no sean tachados de burgueses; los socialistas exponen por su parte que su tendencia no es obrerista, y abogan en prueba de ello por la rebaja de tales gravámenes.
Propone el edil Porfirio González Manjarín el impuesto de 100 pesetas anuales por cada una de las 11 campanas de la ciudad, consideradas como anuncios. La comisión elaboradora del proyec-to pensó en ello, se dice, pero observó su ilegalidad (en la que coincide la Revista de la Administra-ción Pública del mes de la fecha, que se consulta en la sesión). Hay empate en la votación (a favor, la minoría socialista y el concejal Toribio González Prieto), que se repite por dos veces, y decide la cuestión el voto de calidad del alcalde-presidente, rechazando la propuesta. El edil Joaquín Lombó Pollán vota en contra, pero añade que vería tal impuesto con satisfacción por vivir cerca de la Igle-sia, y que vota como lo hace porque ha visto que la tasa no se impone en ninguna población (en la mayoría de las que la establecen, las delegaciones provinciales de Hacienda la revocan después, como sucedería en Huelva finalizando el siguiente mes de enero, o en marzo en Ponferrada), ade-más de que “el asunto se resolverá cuando se promulgue la Ley de congregaciones religiosas, por la que los templos pasarán a ser propiedad del Estado, sobre cuyos bienes no se pueden imponer arbi-trios” (parecida argumentación se había manejado en su momento en el consistorio leonés). El con-cejal David González Moratinos alegaba que en tal caso debería de gravarse también el timbre del Teatro y la sirena de la Azucarera.
Finalizaba la elaboración del presupuesto municipal para 1933 con la asignación de Ingresos en superávit sobre los Gastos, y se debate entonces si aplicarlo a rebajar las tasas de las carnes o al aumento de sueldo que los empleados municipales habían solicitado, sobre lo que hay empate y resuelve, en contra de la subida de salarios, de nuevo el voto del alcalde. Queda aprobado el presu-puesto de Ingresos en 234.166,06 pesetas, con superávit sobre el de Gastos en 5.377,26 pesetas, que asciende a su vez a 228.788,80 pesetas.

martes, 9 de mayo de 2017

La entrevista de Martin Villa que nunca hice


José Cruz Cabo
Nunca había hablado con Rodolfo Martín Villa, aunque sabía que era de Santa María del Páramo, pero no tenia ocasión de conocerlo. Yo estaba realizando unas entrevistas a bañezanos famosos y en esto habian salido los premios de Leonés del Año, que aun se siguen dando y uno de los primeros años el Leonés más famoso resultó ser Odón Alonso Ordás.
Odón entonces dirigía la Sinfónica de Madrid y el coro de Radio Televisión Española, que por cierto pasado un tiempo esta misma orquesta estuvo en el entonces teatro Pérez Alonso, hoy municipal, y Odón para la entrega del título de Leonés del año preparó un concierto con la maravillosa obra “Concierto de Aranjuez”, compuesto por Joaquín Rodrígo. El guitarrista Narciso Yepes fue el guitarrista solista de esta maravilla musical. El Teatro Emperador hasta la bandera y Odón le demostró a sus paisanos  lo gran director que ya era.
Al finalizar el concierto, la comida era en el Hostal de San Marcos, que hacia poco tiempo que funcionaba a tope y el menú fue el famoso cocido maragato. Yo estaba en el vestíbulo del Hotel esperando que llegaran las autoridades para iniciar la comida, cuando se me presenta Rodolfo, nos saludamos, me dice que le trate de tu, que somos paisanos. Le comento que estoy haciendo unas entrevistas para “El Adelanto” de bañezanos famosos, y que me gustaría que me contestara una, y me dijo muy atento “no es problema, cuando tengas las preguntas me las mandas al Ministerio, entonces era Ministro de Franco y yo procuraré contestartela”. Así lo hice pero la contestación nunca llegó.
Pasados pocos años, le hicieron gobernador de Barcelona y una bañezana, una de las mujeres mas valientes, decididas y bellísima persona, como fue mi admirada amiga y gran mujer, Carmen Raigada Cabello, vivía en Barcelona y cuando se enteró del nombramiento, un día marchó al Gobierno Civil y con una decisión impresionante, le dijo a la persona que vigilaba las puertas “Desearía hablar con el gobernador, porque soy de La Bañeza, paisana suya y quiero felicitarle por el nombramiento”. Le dio el nombre, se lo trasladaron a Rodolfo y este mandó que se la llevaran, que quería conocerla. Una vez en su presencia le felicitó efusivamente y Rodolfo le preguntó si estaba contenta en Barcelona y si podía hacer algo por ella. Carmen muy decidida le comentó que estaba buscando un piso y que la Caixa construía un edificio pero que ya estarían todos dados.
Rodolfo muy atento le dijo, “Espere un momento”, cogió el teléfono, llamó a alguien de dicha caja de ahorros y cuando colgó le dijo: “Mire señora Carmen, mañana va usted a la Caixa, les dice que va de mi parte y lleve el carnet de identidad porque lo necesitará para hacer el contrato, uno de los pisos será suyo y muchas gracias por tener la delicadeza de venir a felicitarme. Carmen salió de allí asombrada, no solo de que la recibiera, sino de que además le había facilitado un piso en una de las mejores zonas de Barcelona. Allí siguen viviendo sus hijos Manuel y Nuria. Y donde estes Carmen, recibe una vez más mi afecto.
Pero la entrevista que yo le pedí nunca me la hizo.

martes, 2 de mayo de 2017

Palomo Linares toreó en La Bañeza


José Cruz Cabo
Cuando Palomo Linares, junto al Cordobés, le hicieron el vacío a los propietarios de las Plazas de Toros, por no ponerse de acuerdo en los precios, estuvieron todo ese verano toreando en Plazas portátiles y en las fiestas patronales de nuestra ciudad, Palomo Linares vino a torear a la Plaza portatil que ese año se puso en donde hoy está la Piscina de verano, entonces denominado Campo de San Manuel.
El concejal de fiestas de aquel año, sobre el 69 o 70, era Francisco Carracedo, uno de los grandes aficionados a los toros y un concejal que siempre me atendió de maravilla.
La corrida era, como entonces se decía, a las cinco en punto de la tarde. Poco antes de las cuatro llega a mi casa uno de los policías y me dice “de parte de Don Paco Carracedo, que aquí tiene los pases para la corrida y si quiere puede ir a hacerle una entrevista a Palomo Linares que está hospedado en donde Candongo”.
Acababan de salir las grabadoras y me dejaron una, me dijeron como tenía que ponerla en marcha y me dirigí al hostal de los Hermanos Candongo. Enseguida me subieron a su habitación y me lo encontré echado en la cama descansando, y muy amablemente le dije quien era y lo que quería” me dijo que pusiera en marcha la grabadora y le preguntara lo que me apeteciera””.
Comenzamos la conversación y estuvo muy amable contestándome lo que le iba preguntando y al cabo de media hora., me marché deseándole buena suerte,
Llegué a casa, dejé la grabadora, y me marché con los cuatro hijos a la corrida, que por cierto fue impresionante, ya que tanto él como el torero acompañante estuvieron muy bien y el público sacó a hombros a Palomo Linares después de cortar las orejas y el rabo de sus dos toros.
La plaza se abarrotó ya que vino mucha gente de León y de otros sitios- Hice la crónica para El Diario, El Adelanto y Radio Astorga y salimos mi esposa Nieves y yo a la verbena con los amigos y la tertulia de esa noche trató sobre Palomo Linares.
Al día siguiente cogí la grabadora y cual no sería mi asombro al ver que todo el tiempo que estuve con Palomo Linares charlando sobre muchas cosas, la grabadora no había funcionado y me quedé con una cara de tonto de muchos quilates, porque la entrevista me hubiera valido unas cuantas pesetas, tanto en El Diario como en cualquier medio periodistico o radiofónico de entonces. El Adelanto y Radio Astorga no me dieron ni una peseta por la crónica de la corrida. En la colección de El Adelanto se puede ver mi crónica de aquella tarde de toros. En fin que siempre he metido la pata con los caharros modernos ya que soy muy lento para entenderlos.