sábado, 9 de septiembre de 2017

Aquellos tiempos que ya se fueron


José Cruz Cabo
Cuando me pongo a repasar los recuerdos de la niñez, me encuentro que siendo niño en donde hoy está Gráficas Nino, estuvo la oficina de telégrafos y cada vez que paso por esa calle me viene a la memoria un muñeco colgado de uno de los balcones de la casa con una soga al cuello que queria ser el entonces presidente de la republica española ya en el exilio, Azaña, colgado por la garganta el muñeco que me ha impactado toda la vida dicha figura colgada, pasada la guerra civil, telegrafos pasó a correos y cambió de ubicación y al poco yiempo este edificio pasó a ser una peluquería y barberia de caballeros, que estuvo varios años funcionando y hoy es la imprenta y librería desdde el año 67 estos días hace los cincuenta años de su fundación: Gráficas NINO
Lo curioso de este edificio es que aquí estuvo telégrafos que nos consiguió el entonces ministro de Alfonso XIII, Romero Robledo que por eso esta calle se llamaba a´si hasta que estalló la guerra civil y con posterioridad se le dió el nombre a la calle que lo tiene ahora. En aquella oficina de telégrafos, trabajaba en los principios de los años 30, el bañezano Lorenzo Cabo Valenciano, padre de Saturnino Cabo, que despues fue ascendido a jefe de telégrafos y lo destinaron a La Magdalena y hoy su hijo es el que tiene el negocio en este mismo local.
Con el inicio de la guerra civil, se cambió el nombre a muchas de las calles bañezanas,, especialmente con la victoria de los sublevados se les dieron muchas de las calles de nuestra ciudad, que ahora se han cambiado por otros nombres más acordes con nuestra historia.
La calle del General Franco es ahora la calle del reloj, que era el nombre desde hacia muchos años, hasta que hubo que tirar el arco para que pasaran los grandes carros del principio delsiglo 20. Como ahora la calle de Primo de Rivera es ahora la Vía de la Plata. O la calle General Aranda es ahora la de Conradoi Blanco.
La Avenida del General Benavides es el nombre de un bañezano que llegó a General y que se le dio la calle por los servicios que le hizo a nuestra ciudad mientras vivió y salvó a muvchos de los quintos y soldados que tuvieron que ir a la guerra y que el pudo cambiarles el destino para que no fueran al frente. Son recuerdos de un octogenario que no quiere que se pierdan sin ser contados y queden para la historia de la ciudad.

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