miércoles, 27 de diciembre de 2017

Las tres fabricas que no llegaron


José Cruz Cabo
A finales de los años 80, nos llamaron a los plumillas al ayuntamiento porque nos iban a presentar un proyecto de una empresa alemana, un proyecto de la creación de tres fábricas, con capital aleman.
Llegamos al salón de sesiones y allí estaba el alcalde, un bañezano afincado entonces en Ponferrada, Angel Cabo Diez, que había sido el promotor de traer y a tres personas alemanas que eran los que iban a edificar  dichas fabricas para nuestra ciudad, con un total de tres empresas.
Se trataba de una fábrica de patatas para mondarlas y cortarlas, que otra fabrica las mezclaría con distintos sabores y la tercera fabricaría dicha maquinas que metiéndole un dinero te daba patatas al gusto que tu quisieras. Estas maquinas se iban a vender en Portugal y España. Se anduvo pidiendo capital bañezano para hacer una sociedad anónima. Dos contratistas de la ciudad se encargaron de comprar los terrenos para levantar dichas fábricas, que les costó 92 millones de pesetas y estaban pegando al edificio de Cruz Roja y San Dimas, hoy todo ese terreno está edificado de empresas, pero se tardaron años en que comenzaran a edificarse. Uno de los socios que compró dicha finca tuvo que marcharse de la ciudad, porque el terreno no lo ocupaba nadie y había que pagar el crédito al banco.
Pasaron unos meses y volvimos a ser llamados para que diéramos fe de como eran las máquinas y fuimos a la cafetería Saporo a disfrutar de dicha máquina. Llegamos a la cafetería y efectivamente allí estaba una máquina que metiéndole una cantidad pequeña de dinero te daba patatas con distintos sabores.
Una vez demostrado que la máquina valía para lo que se pretendía, todas las autoridades y la gente que pasó por allí y probó la maquina, salió contentísimo y deseando que la empresa comenzara los trabajos de edificación. Pero yo, al salir de la presentación, pregunté ¿que donde se había fabricado dicha máquina? y me contestaron que en Madrid.
Por lo que volví a preguntar si la maquina se hizo en Madrid es que allí tienen la fábrica, por lo que no entiendo que quieran hacer otra aquí. Efectivamente las industrias no vinieron y como en otras ocasiones la decepción volvió a ser la comidilla de nuestra ciudad durante bastante tiempo. Pero de aquella ya estábamos acostumbrados a que nos quisieran poner cosas que terminaban marchando para otras ciudades.Las tres fabricas que no llegaron

lunes, 11 de diciembre de 2017

Las costumbres religiosas de antes

José Cruz Cabo
En mis años adolescentes y de joven, el respeto a los sacerdotes y los cultos religiosos eran el signo y señal de las fiestas de aquellos años. Las procesiones de todo tipo, Corpus, Semana Santa, ejercicios espirituales o misiones, había qu arrodillarse, quitarse el sombrero o la gorra cuando pasaban las imágenes o el Santísimo, cuando había procesión del corpus, no solo había que quitarse el sombrero o la gorra, sino que había que arrodillarse en plena calle.
A los sacerdotes, si te cruzabas con ellos, había que besarles la mano, además de darles las tardes, los días o las noches. Recuerdo las Misiones que comenzó organizando una procesión para finalizar los mismos, Las primeras veces se puso una cruz en lo alto de la torre de Santa María, con luces de color rojo y cuando la gente pasaba en tren, pensaban que había fuego en nuestra ciudad. Entonces teníamos trenes tanto de mercancías como de correo, nuestra estación era un hervidero de gente para descargar o cargar vagones y los trenes de mercancías paraban más de una hora en nuestra estación, dado el enorme movimiento de mercancía que había que enviar o recoger.
Recuerdo el año 1948, que fue Año Santo Compostelano, y Don Angel preparó una gran peregrinación andando hasta el Santuario de Castrotierra, para todos los jóvenes de la comarca. Nos hizo recorrer todos los pueblos de la zona a los jóvenes de Acción Católica, para que lleváramos propaganda a los sacerdotes de la comarca, y lo teníamos que hacer andando o en bicicleta, y animaran a la juventud de cada localidad a venir a la peregrinación. Al final fuimos más de mil quinientos los jóvenes que peregrinamos al Castro a pie ese año.
Ya siendo Vicario de la Diócesis preparó una especie de concentración en nuestra ciudad, en la Plaza Mayor de chicos y chicas de la mayor parte de la diócesis y a las puertas de la iglesia de Santa María iba repitiendo los nombres de cada uno de los pueblos que venian a dicha
concentración religiosa  y se dio la circunstancia de que al llamar a los de Santa Marta, que era una canción muy famosa en la época, estamos hablando de los años cuarenta y nueve, los chavales se pusieron a cantar la canción, y resultó muy curioso y la gente lo pasó bien. Y es que a Don Angel lo de los chicos y jóvenes se les daban muy bien. por eso en nuestra ciudad le pusieron el sobrenombre de “Atropachicos”
Son recuerdos de una época que no fue ni parecida a esta. Yo vi meter en la prevención a alguna persona por no arrodillarse o quitarse la gorra al pasar el santísimo o uno de los santos de la Semana Santa.